El país espera mejores tiempos en cuanto a los precios del crudo

El país espera mejores tiempos en cuanto a los precios del crudo

POR FAUSTO ADAMES
En su informe primavera1 del 28 de marzo de este año, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé para el 2005 un crecimiento de la economía mundial cercano al 4.3%, aunque destaca que “el crecimiento se está haciendo cada vez más desequilibrado”, con los Estados Unidos expandiéndose a una alta tasa, pero una gran parte de las otras economías más industrializadas haciéndolo por debajo de sus potencialidades.

Esta reducción en la expansión de las principales economías de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), especialmente las europeas y la japonesa, así como la excesiva dependencia con respecto a Estados Unidos y China, para dinamizar el crecimiento mundial, puede aumentar los desequilibrios globales “e incrementar el riesgo de una desaceleración más significativa” en años venideros”, señala el FMI.

MENSAJE

Sin embargo, el FMI ha lanzado un duro mensaje a las economías latinoamericanas, puesto que aún cuando han mejorado sus previsiones de crecimiento, urge profundizar las reformas de la pasada década en los siguientes aspectos: reducción de los ratios (promedios) de la deuda pública, aumento de la base recaudatoria, fortalecimiento del sistema financiero e incremento del comercio exterior, aspectos en los cuales la República Dominicana deberá trabajar arduamente.

También, el FMI estima una tendencia de precios del petróleo por encima de los US$50 para los próximos meses y todo el resto del año, algo que, de ocurrir, perjudicaría en gran manera al país en sus planes de reactivar la economía, como también el organismo descarta la posibilidad de que se dé un acuerdo general sobre las medidas necesarias para hacer frente a estos desbalances generales: el equilibrio fiscal estadounidense, las reformas estructurales en Europa, la flexibilidad monetaria en Asia y el equilibrio en el mercado petrolero internacional.

A falta de este acuerdo, el FMI espera una nueva depreciación del dólar estadounidense, lo cual añadirá mayores dificultades al crecimiento europeo y japonés.

AMERICA LATINA

Para las economías de América Latina, el FMI prevé un crecimiento superior al 4%, mejorando su previsión anterior de 3.6%. El actual crecimiento, impulsado principalmente por los aumentos en precios y volúmenes de las exportaciones de productos básicos, requiere, según el FMI, profundizar en las reformas que se iniciaron la pasada década en los siguientes aspectos: reducir los ratios de la deuda pública, aumentar la base recaudatoria, fortalecer el sistema financiero e incrementar el comercio exterior.

En general, los economistas atribuyen esta desaceleración de América Latina y la eurozona, a los altos precios del petróleo, la apreciación del euro y la vulnerabilidad de las zonas a cualquier reducción en el crecimiento del resto del mundo, dada su alta dependencia de las exportaciones.

EL PETROLEO

Mientras tanto, los precios internacionales del crudo superaron los US$50 por barril en la primera semana de marzo y continuaron su tendencia ascendente hasta la tercera semana, estableciendo nuevos máximos históricos. Si bien en la cuarta semana se ha observado cierta declinación en los precios, los del mercado del futuro se mantienen por encima de los US$50 para todo el resto del año.

La Agencia Internacional de Energía ha revisado el alza en su previsión de la demanda mundial de petróleo, situándola en 84.3 millones de barriles diarios en promedio para 2005.

 De manera que para el presente año, los límites en la capacidad de producción y refinación se están poniendo de nuevo a prueba, lo cual mantiene la presión sobre los precios.

Persisten, por tanto, similares razones estructurales a las del pasado año en el mercado internacional del petróleo.

El último aumento de 500,000 barriles diarios en la producción, dispuesto por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en su reunión de Teherán, se consideró insuficiente y no tuvo ningún efecto en el precio.

 La posibilidad de que haya otro aumento similar por parte de la OPEP y la mejoría en las temperaturas del hemisferio boreal, han favorecido una declinación de los precios a partir de la cuarta semana de marzo.

REPASO A LA ECONOMÍA GLOBAL Y DE NORTEAMÉRICA

Los analistas observan que en la segunda mitad del  2004, la expansión económica ha perdido impulso en el Grupo de los Siete (G-7), excepto en Estados Unidos, tanto en el crecimiento en general como en la economía japonesa, estuvo en recesión en el segundo y tercer trimestres de 2004 y creció ligeramente (0.1%) en el cuarto.

LA PRODUCCIÓN INDUSTRIAL

 Además, las preocupaciones de que una combinación de precios altos en las materias primas (especialmente el petróleo), con un alza en las tasas de interés pudiera frenar el crecimiento económico global, ha comenzado a gravitar sobre los mercados de deuda y de valores.

La economía norteamericana ha dado señales, en los dos  primeros meses de 2005, de consolidar la expansión del trimestre pasado, con un crecimiento del empleo, la inversión empresarial y un auge moderado en los mercados financieros.

En consecuencia, la FED podrá continuar con sus aumentos sistemáticos de 25 puntos en la tasa de interés de referencia, actualmente en 2.75%, hasta un nivel “neutral”, es decir, uno que ni estimule el crecimiento ni lo frene y que los analistas sitúan entre 3.5% y 4.0%. En la última subida del 22 de marzo, por primera vez en siete subidas, la FED hizo una llamada de atención a los riesgos de un aumento de la inflación.

En efecto, la inflación de febrero (0.4%) ha sido la más alta en cuatro meses, aunque la tasa interanual se mantiene en 3%.

Con estas subidas sistemáticas, la FED está logrando, al menos, dos objetivos básicos: a) aumentar la afluencia a los Estados Unidos de los capitales internacionales hasta el punto de que los flujos netos de enero ascendieron a US$91,500 millones, monto que permite sostener el déficit mensual de la cuenta corriente y, b) hacer que la tasa real de interés comience a ser positiva, especialmente si se toma como referencia la inflación subyacente, es decir, la que excluye alimentos agrícolas y combustibles.

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