El país necesita, con urgencia, un edificio para alojar el INPF y dejar de hacer necropsias a la intemperie, en un viejo cementerio

El país necesita, con urgencia, un edificio para alojar el INPF y dejar de hacer necropsias a la intemperie, en un viejo cementerio

POR LEONORA RAMÍREZ S.
El Instituto Nacional de Patología Forense (INPF) atraviesa por una situación patética, que va de lo anticientífico a lo dantesco, porque las necropsias que se le  practican a los cuerpos en descomposición se hacen a la intemperie, en el cementerio El Casabe, de Los Guaricanos, debido a que esa institución no tiene espacio ni equipos para hacer esos experticios en el local que ocupa en la Zona Universitaria del Distrito Nacional.

El primero que pone el grito al cielo, aunque no lo escuchen, aunque sienta que es una voz que clama en el desierto, es el doctor Sergio Sarita Valdez, subsecretario de Salud Pública encargado de medicina forense, quien aún espera que las autoridades construyan una prometida edificación cuyo costo asciende a RD$50 millones.

De enero a septiembre de 2006 el INPF realizó 1,125 autopsias, de las cuales 66 correspondieron a cadáveres descompuestos que el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), encargado de hacer los levantamientos, trasladó hacia cementerios del Distrito Nacional o de  San Cristóbal.

“Patología Forense está en un área residencial y no dispone de la cantidad de neveras ni de espacio, porque esto es un anexo del Laboratorio Nacional Doctor  Defilló, por eso es urgente, prioritario que desde las más altas instancias se decida construir un edificio para llevar a cabo las autopsias y satisfacer las exigencias del Código Procesal Penal.

“Los médicos legistas funcionan a través del Ministerio Público, entidad de la cual depende el INACIF, de manera que cuando estos van a un lugar a levantar un cadáver, si está podrido, lo llevan a los cementerios porque no se tienen equipos ni neveras especiales para guardarlos”.

Asimismo, Sarita Valdez expresó que luego que se depositan los cuerpos en los cementerios, se llama a INPF para que haga las autopsias.

“Pero eso es indigno, incómodo, porque se hace en las peores de las condiciones, es definitivamente anticientífico, no conozco otro país donde se registre un hecho tan vergonzoso.

“Esa situación nos desacredita, porque es la imagen de la nación que queda fea cuando en el 2006 tiramos los cadáveres, como se tira un perro, para hacerle los experticios en el suelo por falta de una edificación”.

LO QUE EL VIENTO SE LLEVO

En el 2004 Sarita Valdez anunció que el INPF tendría una edificación que sería construida donde funcionaba el Canódromo, en terrenos cedidos por Bienes Nacionales, pero las protestas de los residentes del lugar, ubicado en la avenida Monumental, impidieron la ejecución de la obra.

“Era tanto el descrédito y la mala fama que tenía Patología en la gestión 2000-2004, que todo ese vecindario hizo un movimiento para que no se levantara el edificio en ese sector, por lo que volvimos a la etapa cero”.

Ante esa primera derrota el plan B consistió en someter el proyecto al presupuesto de Salud Pública, pero todavía no hay nada en concreto, ninguna respuesta, explicó el funcionario.

LA PROMESA

Las autoridades le dicen a Sarita Valdez que se incluirá el proyecto en el Presupuesto de gastos de 2007…y pase lo que pase él prefiere conservar la esperanza.

“Porque esta es una obra prioritaria, no es lujosa ni producto del capricho mío, sino que es una necesidad nacional, porque estamos manejando  los cadáveres en condiciones anticientíficas e indignantes, eso es intolerable.

“La Procuraduría de la República también tiene que activarse para que esto se corrija, porque esto no resiste más, esto es un descrédito para nosotros, y como profesional me siento indignado, humillado y avergonzado”.

Sobre las gestiones que ha hecho para que se materialice la obra, dijo que no se puede negar que el Presidente Leonel Fernández heredó un desastre tan grande de la gestión pasada, que los esfuerzos se debieron dirigir hacia otras áreas.

“Ya es tiempo de que se priorice esto,  porque no  es humano, cristiano ni científico coger un cadáver y tirarlo allí, en la tierra, eso es indigno, y mi  conciencia no está tranquila participando en ese tipo de acción”.

SE QUIERE VOLAR ANTES DE CAMINAR

A Sarita Valdez le  parece oportuna la creación del INACIF, pero entiende que no es el momento para su puesta en escena, porque primero se debe construir la zapata de  un edificio, antes que el piso 80.

En otras palabras, la Procuraduría General de la República gastó cerca de RD$35 millones en la edificación que aloja al INACIF, mientras los cadáveres en descomposición se tratan a la intemperie.

“Se debió construir primero una infraestructura para Patología Forense, y no pensar en hacer pruebas de ADN como el gran salto de la ciencia forense, pruebas que además se realizan en laboratorios de Estados Unidos, no en el país.

 “No estoy en desacuerdo con esos estudios sofisticados, soy el primero en promoverlos,  pero es que estamos en pañales, primero se debe gatear para después caminar y correr”.

A juicio de Sarita Valdez, generalmente las autoridades del Ministerio Público desconocen las ciencias forenses y se dejan mal asesorar, y no marchan con sincronía.

“Yo espero que el nuevo incumbente de la Procuraduría, Radhamés Jiménez Peña, se siente conmigo como compañeros que somos, para discutir la proyección  presente y futura de los servicios médicos forenses, con los cuales me siento comprometido como dominicano”.

OTRA PARADOJA

Pero el INPF no solamente desentona con  la zona residencial donde se encuentra, sino que está a la vera del Laboratorio Nacional de Referencias, donado por la Unión Europea, que tiene como finalidad determinar la calidad de los medicamentos que se expenden en el país.

En ese sentido, Sarita Valdez manifestó que el INPF contamina el trabajo de esa institución, y que de hecho, una de las condiciones que pusieron  los asesores y técnicos, al momento de entregarlo a las autoridades, era que se trasladara  el INPF porque esas entidades son incompatibles.

Aunque el INPF no recibe cuerpos descompuestos, el especialista expresó que la cadena de contaminación comienza con las moscas, que son el primer agente de peligro porque se posan en los cadáveres transportando millones de bacterias.

Luego se posan en los alimentos, en los vasos y otros envases, lo cual dejaría consecuencias negativas en los humanos. “Pero eso no termina ahí, porque los vapores que salen de los cadáveres putrefactos crean problemas respiratorios”.

LOS RECURSOS, OTRO DOLOR DE CABEZA

Si al INPF le falta espacio y equipos, porque de recursos humanos andan bien, mucho peor marchan las cosas con respecto a los fondos que reciben. Apenas RD$150,000 mensualmente, una cantidad insignificante si se toma en cuenta que cada necropsia cuesta alrededor de RD$25,000.

“Lo que haces es arañar,  pedir, nunca mendigar, pero buscar los recursos que necesitamos  porque francamente esa subvención es muy poca para demanda que tenemos”.

A esos gastos se añaden RD$3,000 por el entierro de los cadáveres cuyos familiares no procuran. En ese sentido, en el 2005 se sepultaron 172, y de enero a agosto del 2006 102.

Pero no todo es negativo, porque Sarita Valdez está conforme con la calidad del personal que trabaja en el INPF, y que laboran bajo la dirección del doctor Santo Jiménez Páez, y del subdirector es Lucas Carpio.

La planilla de empleados  incluye dos médicos patólogos ayudantes, un cuerpo de residentes de primero, segundo y tercer año, que ascienden a 14, más otro grupo de residentes de anatomía patológica que rota durante seis meses, lo cual totaliza 25 médicos que ejercen la medicina forense.

LAS ESTADISTICAS

La semana del lunes 25 al sábado 30 de septiembre, en el INPF se realizaron 34 autopsias, de las cuales 19 correspondieron a homicidios, 6 a accidentes, seis a muertes  naturales, 2 a suicidio y una indeterminada.

En cuanto a los homicidios en 17 se usaron armas de fuego, en uno arma blanca, y otro fue producido por trauma contuso.

Los que correspondieron a muerte natural dos se debieron a arterosclerosis severa, uno a dengue hemorrágico, uno a peritonitis, otro a cáncer de páncreas, y el último a neumonía.

Respecto a las nacionalidades, 26 eran dominicanos, 5 de origen desconocido, y los restantes tres de Canadá, Haití y Ecuador. En cuanto al sexo, 24 eran hombres y 10 mujeres.

Pero las estadísticas de enero a septiembre indican que de las 1,125 autopsias, 838 eran dominicanos, 227 extranjeros, 59 de origen desconocido, y 940 pertenecían al género masculino y 185 al femenino.

Sobre el tipo de muerte, 609 correspondieron a homicidios, 128 a accidentes, 55 a suicidios, 309 a muerte natural, y 24 por causas indeterminadas.

De los 1,125 cadáveres a 681 se les hicieron pruebas toxicológicas de las cuales 170 resultaron positivas, 681 de marihuana, y de esos, 90 dieron positivo. También se realizaron 14 exámenes para determinar la existencia de éxtasis, pero ninguno resultó positivo.

LA CREACION DEL INPF

El INPF se creó en febrero de 1989,  para darle cumplimiento a la Le y 136 sobre Autopsia, que data de mayo de 1980. Esa legislación es la que obliga la práctica de la autopsia en todos los casos de muertes violentas o sospechosas de serlo, o en cualquier situación que el Ministerio Público necesite aclarar.

Esta institución empezó haciendo decenas de necropsias, después centenares, y la situación ha ido escalando en términos de volumen, hasta que subieron por encima de las mil autopsias al año.

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