El director de la Oficina Nacional de Presupuesto, Ernesto Pérez Cuevas, declaró ayer que la presión tributaria se elevará el próximo año a 16.3% y que todavía es una de las más bajas de Latinoamérica donde el promedio es de 22.7%.

El funcionario también dijo que el servicio de la deuda interna y deuda externa, además del pago a suplidores, está presupuestado para el 2004, en RD$39,085 millones.

Explicó que en el 2003 por concepto del pago del servicio de la deuda se pagaron RD$25,972 millones lo que representa un aumento de RD$13,113 millones es un pago que ha afectado el nivel de ingresos del país.

En el 2001 la presión tributaria fue de 15.9%, en el 2002 de 15.8% y en el 2003 de 14.8%. «En Latinoamérica el promedio es de 22.7 estamos muy lejos y lo que se pretende es aumentar la presión tributaria con las medidas a 16.3. Cuando la presión tributaria es baja la gobernabilidad es muy difícil por los gastos en educación, los gastos en seguridad», dijo.

Expresó que en materia de impuestos se está incluyendo el 2% a las importaciones, por seis meses del próximo año, y el 5 % a las exportaciones, el recargo cambiario que se aumentó a 5.25% y se está contemplando los diez dólares para la salida de pasajeros y un impuesto selectivo a las bebidas alcohólicas y al tabaco.

Dijo que en el impuesto selectivo se va a aumentar a 26.7% que incluye las cervezas y el cigarrillo.

Expresó que los impuestos son transitorios porque en la medida que la tasa de cambio se reduce la necesidad de estos impuestos son menores, pero además el país necesita una profunda modificación del régimen tributario.

«El régimen tributario del país es altamente regresivo y además en vez de ser progresivo, donde los que tienen más beneficios paguen más, no se da en el país», señaló.

Dijo que el Impuesto sobre la Renta más el impuesto al patrimonio han tenido sólo 24% en las recaudaciones, pero que en países como los Estados Unidos y otros países eso está entre 60 y el 70% de los ingresos.

Estimó que ese régimen tiene que ser cambiado y para eso se necesita un consenso nacional de todos los sectores. «Toda la sociedad tiene que ponerse de acuerdo en lo que queremos, porque eso es lo que realmente es lo que da gobernabilidad y define el país que queremos», explicó.

Señaló que algunos sectores querían que la reforma fuera en enero cuando una reforma de esa envergadura no hay forma de hacerla en un mes o dos meses.

«Ese es un proceso que pudiera tomar seis siete y ocho meses de trabajo fuerte», dijo.

Expresó que no se debe ver el país como un gobierno sino como una continuidad.

«Lo que está haciendo el gobierno es poniendo orden para que las leyes se apliquen. No podemos funcionar como chivos sin ley en este país», dijo.