GINEBRA. Los suizos votarán el 30 de noviembre una propuesta de la izquierda, que pide suprimir las ventajas fiscales reservadas a los extranjeros ricos, y que la población ve cada vez con peores ojos.

«Stan Wawrinka, un jugador suizo de tenis, es el vecino de Jo-Wilfried Tsonga, un tenista francés que vive en Suiza bajo el régimen del forfait fiscal. Uno paga impuestos altos, y el otro mucho menos, porque tiene un forfait fiscal.

¿Es normal eso?», «¿es justo?», se preguntó este miércoles Christian Levrat, presidente del Partido Socialista suizo, en declaraciones a la radio local. El ‘forfait fiscal’ suizo permite a un acaudalado residente extranjero pagar impuestos en base a su tren de vida (valor del alquiler de la casa, coches, personal doméstico, etc) y no sobre su fortuna. La contrapartida es que el beneficiario, que sólo puede ser un extranjero, debe comprometerse a no ganar dinero en el país.

Esto explica por qué, por ejemplo, Tsonga no está jugando esta semana el torneo de tenis de Basilea. Actualmente, 5.634 millonarios extranjeros viven en Suiza beneficiándose del ‘forfait fiscal’. Estos millonarios pagan cada año unos 700 millones de francos suizos (583 millones de euros, 740 de dólares) al fisco de la Confederación Helvética.

El dinero se reparte entre el Estado federal, los cantones y los municipios, y podría dejar de percibirse si esos contribuyentes abandonan Suiza para instalarse en otros paraísos fiscales. Algunos cantones, como los de Zurich y Basilea, han suprimido en su territorio este sistema que consideran injusto y discriminatorio.

Obedeciendo al sistema de democracia directa, que prevé numerosas consultas cuatro domingos al año, el 30 de noviembre próximo los suizos se pronunciarán a nivel federal sobre una iniciativa de los partidos de izquierda contra «los privilegios fiscales de los millonarios» extranjeros.

Los detractores de esa iniciativa, los partidos de la derecha y parte de los ecologistas, argumentan que el sistema beneficia a todos, pues esos millonarios dan trabajo de forma directa o indirecta a 22.000 personas en Suiza, pagan cotizaciones sociales y en algunos casos pagan millones a fundaciones caritativas.

Además, añaden, si se elimina el ‘forfait’ esos extranjeros no tendrán reparos en irse a otro país y gastarse su dinero en otra parte. Aunque se rechace la propuesta de la izquierda el 30 de noviembre, la factura va a aumentar en cualquier caso para los ricos instalados en Suiza a partir de 2016.

En virtud de una reforma, los beneficiarios del sistema deberán pagar un mínimo de 400.000 francos suizos de impuestos al año. En 2012, el impuesto medio anual pagado por estos contribuyentes fue de 123.358 francos suizos.