Recientemente publiqué un artículo en este periódico (“Resultados relaciones diplomáticas entre China y Costa Rica” el 07/06/2018) donde mostré con cifras que Costa Rica no había logrado aprovechar estas relaciones, sin embargo la RD puede lograr una relación fructífera; para ello deberá el Gobierno trazarse una estrategia dirigida desde el mismo Poder Ejecutivo, evitando que funcionarios traten de sacar provecho personal de eventuales negociaciones.

Costa Rica fue el primer país de Centroamérica en establecer relaciones con China, primero de junio de 2007, y el primero de agosto de 2011 firmó un tratado de libre comercio. En ambos momentos las expectativas fueron muy favorables pues esperaban un despegue de las exportaciones y las inversiones chinas, pero al cumplirse diez años los resultados han sido tan modestos que el prestigioso periódico La Nación tituló un artículo: “Relaciones económicas con China están empantanadas” y concluía con lo siguiente: “Las expectativas exportadoras a China poco han funcionado, la Zona Económica Especial (ZEE) es un tema casi olvidado, las inversiones son muy inestables y el turismo crece pero a un ritmo insuficiente para alcanzar los pronósticos”.

En el tema de las exportaciones Costa Rica en 2007 exportaba US$848 millones y diez años después cayeron a US$111 millones, mientras China ha visto crecer sus exportaciones a Costa Rica desde menos de US$100 millones a US$2,200 millones. En materia de turismo, en 2007 Costa Rica recibió 2 mil visitantes de China y en 2017 llegaron menos de 15 mil. En cooperación, China donó el Estadio Nacional a un costo de US$100 millones, 450 carros patrullas, una escuela para la policía, US$1.5 millones para el barrio Chino, US$500 mil para el Anfiteatro Cultural de Punta Arena y cientos de becados para postgrado. Realmente un aporte modesto para las cifras que maneja China.

La inversión China en América Latina ha crecido de manera ascendente, solo en el periodo 2010-2016 alcanzó un monto de US$90 mil millones, concentrados en Brasil, Perú y Argentina. El stock de la inversión directa China en AL saltó de US$40 mil millones en 2006 a US$230 mil millones en 2017, sin embargo a Costa Rica entre 2012 y 2017 fue de US$45 millones, en promedio apenas representó el 0.4% de la IED recibida por esa nación. Los préstamos chinos para América Latina, especialmente del Banco de Desarrollo de China y del Banco de Exportaciones e Importaciones de China, ascendieron entre 2006 y 2017 a US$150 mil millones, de los que Venezuela ha recibido US$62,200 millones, y Costa Rica ha recibido al 2017 préstamos por un monto de US$395 millones.
Recientemente conversé con un empresario dominicano, con grandes inversiones en el sector turismo, que ya tiene su “cabeza de playa” en China, con muchas ideas de cómo aprovechar esas relaciones y cuando le comenté los resultados de Costa Rica, economía que conoce muy bien, me manifestó que la burocracia de ese país hace muy difíciles los negocios y que por el contrario RD, si se traza una estrategia, tendría una gran oportunidad en materia de inversiones, concesiones y préstamos para infraestructuras.

La pasada semana se produjo un mal síntoma cuando la prensa local, haciéndose eco de una publicación China, reveló que el presidente del Consejo de Administración de la CDEEE había firmado un contrato con una empresa China para la construcción de una planta. Posteriormente el ministro de la Presidencia y el propio vicepresidente ejecutivo de la CDEEE negaron la especie, y en rueda de prensa Rubén Jiménez Bichara declaró que no se trató de un contrato definitivo y vinculante con China, sino un memorándum de entendimiento. Es de esperar que el presidente Danilo Medina, quien dio el gran paso de romper con Taiwán y establecer relaciones con China, tenga entre manos una estrategia para obtener los mayores beneficios de esas relaciones e impedir que funcionarios estén maniobrando para lograr beneficios particulares.