El país resiste los choques externos para salir a camino. La perspectiva de crecimiento económico del país desciende a lo moderado de cara a un mundo en guerra con epicentro en Ucrania pero que repercute con la beligerancia política, diplomática y logística que parte de una poderosa alianza de potencias y otros Estados contra la Rusia agresora haciéndose impredecible el futuro inmediato, ensombrecido además por las secuelas de una pandemia que los dominicanos han manejado bien.

En medio del avatar no escapan a la visión de conjunto la resistencia al golpeo externo que muestra la economía dominicana de satisfactoria generación de bienes de exportación y para el mercado interno, recibiendo más inversiones, locales y extranjeras, con dinamismo en zonas francas y el turismo que logra compensar pérdidas de flujos de visitantes desde zonas conflictivas.

La expansión de actividades productivas enero-febrero que supera al 2021, secundadas por un sostenido ingreso de remesas, estímulos estatales al consumo y flexibilidades crediticias a la iniciativa privada, solo tiene como lamentable excepción la agropecuaria digna de más atención.

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Es la variable para la seguridad alimentaria que auguraría mejor control a precios en atención a urgencias sociales y para homogeneizar los beneficios del crecimiento.

En horas difíciles quienes toman decisiones deben estar abiertos a los criterios de sectores que sumen eficacia a ejecutorias oficiales velando por la supremacía de objetivos nacionales sobre posiciones partidarias egocéntricas.