Falta infraestructura, la deforestación afecta, así como la degradación de la calidad de los cuerpos de agua
A pesar de que en República Dominicana el nivel medio de precipitaciones (lluvia) es un 75% más elevado que el promedio del mundo, menos del 10% de esta agua es potencialmente aprovechable a través de infraestructuras hídricas, como presas, embalses y otros, y lo ideal sería un 40%.
“El país está sufriendo un creciente estrés hídrico. Eso significa que la cantidad de agua que tenemos disponible para proveer a hogares y actividades económicas es insuficiente, lo cual se está convirtiendo en una importante retranca para el desarrollo”, afirmó el ministro de Economía, Pavel Isa Contreras.
Explicó que la oferta de agua es insuficiente por cuatro razones. La primera es que falta infraestructura; la segunda es que la deforestación ha producido erosión y sedimentación excesiva en las presas, reduciendo de forma más acelerada de lo previsto la capacidad de los embalses. La tercera es que las personas han degradado la calidad de los cuerpos de agua, en el caso de los superficiales, por contaminación por aguas residuales, y en el caso de los subterráneos debido a la sobreexplotación de estos y la intrusión salina derivada. Y la cuarta es que la demanda de agua está creciendo de forma significativa a medida que la economía y la población crecen.
Isa Contreras destacó que por esto el pasado martes fue firmado el Pacto Dominicano por el Agua, esperando que sea un sustento de la política de Estado que encamine hacia la reforma institucional y de la gobernanza, la capitalización y la modernización para la sostenibilidad y la equidad en la gestión del agua. Y los servicios de agua potable y saneamiento son ineficientes; existe un gran desperdicio del agua y la agricultura que es, por mucho, la actividad que más agua demanda en el país debe tener tecnificación del riego para aumentar su ahorro.
Isa resaltó que en materia de recursos hídricos existe un débil marco regulatorio y no hay una institucionalidad clara, con mandatos y límites bien definidos para preservar de forma adecuada los caudales ecológicos, para definir usos prioritarios y para establecer cargos por uso.
Agregó que el país debe caminar a tener una Ley General de Agua; una Ley de Servicios de Agua Potable y Saneamiento; nuevas normativas, políticas e instrumentos para la gestión y modernización del riego. Y especialmente para beneficio de los hogares menos provistos.
Además, se debe acelerar la construcción de infraestructuras hídricas con criterios de sostenibilidad social y ambiental.