El país no va bien, cuando lo que se está haciendo es contrario a sus más sentidas necesidades, por el ejemplo los legisladores aprueban de urgencia innecesaria, un presupuesto para el ejercicio del año 2016, por RD$663,558.00, que para poderlo cumplir será necesario obtener préstamos por más de $173,000,000.00 millones en endeudamiento, lo cual agrava considerablemente nuestras deudas internacionales y las locales, y todo esto se hace por razones políticas del PLD y por tanto se producirá un estrangulamiento de todas nuestras finanzas, que puede terminar en algo muy espantoso.

El país no va bien, porque ya los ciudadanos están hartos de una clase gobernante que sólo está empeñada en revolcarse en el fango con el relumbrar de las alzas gigantescas en los precios de todos los productos fundamentales de la dieta de los dominicanos. En fin, la realidad al margen de las campañas eufóricas y muy engañosas es que, las cosas en este país, pese al optimismo de los dirigentes del PLD, no pasa de ser una enfermedad que pasará o acabará curándonos nosotros mismos con el paso del tiempo, porque parece que padecemos del dengue de los préstamos, que no se piensa pagar. Es que nuestra política está caminando hacia atrás ante la furia desmedida del poder financiero, parece como que el poder económico ha entendido mejor que los políticos que se impondrá el control de los medios de comunicación para poner a sus pies el predominio del sistema democrático.

No se puede afirmar que el país va muy bien, cuando las calles de nuestras ciudades están invadidas de pordioseros, de miserables que llenan de vergüenza a todos los dominicanos, también no saben si más adelante podrán comer diariamente, pues hasta la gran clase media está desapareciendo con el abuso de impuestos inmerecidos y cuando además los sueldos y otros ingresos ya están en el ultimo límite posible, mientras el Gobierno pone más impuestos, crece y reparte a sus anchas las menguadas recaudaciones.