Respuesta a un artículo publicado en Hoy
Aclarando la confusión de Temístocles Montás
Aquí se explica con datos técnicos y apego a la ciencia, cómo se establecieron las metas de reducción de emisiones en el país
Sector energético genera muchos gases,
El exministro Temístocles Montás publicó un artículo sobre las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y las metas de nuestro país al respecto, reclamándome aclarar anteriores declaraciones. Lo haré con gusto, al tiempo que saludo su preocupación por la transparencia climática.
Esto me permite explicar, con datos técnicos y apego a la ciencia, cómo se establecieron las metas de reducción de emisiones en el país y cómo estas han sido superadas. Mostraré también que Temo está confundido y eso lo induce en error.
El país se comprometió, a través de su Contribución Nacionalmente Determinada de 2020 (NDC-RD2020), a la reducción del 27% de sus emisiones de GEI. Ahora bien, para hablar de aumento o reducción de emisiones, siempre hay que precisar respecto a qué base.
El compromiso de reducir las emisiones no estaba atado a 2020 ni a ninguno de los años que Temo cita, sino al volumen de emisiones esperado para el año 2030, según el escenario tendencial, generalmente conocido como Business As Usual (BAU).
El inventario de GEI incorporado en la NDC-RD2020 tomado como referencia fue el correspondiente a las emisiones de 2010, que ascendió a 24,634.2 Gigagramos de CO2 equivalente.
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A partir de esta base, y según el análisis de los diferentes sectores para 2020, se estableció que las emisiones del país previstas para 2030 serían de 51,000 Gg CO2 eq. Por tal razón, la meta de reducción de emisiones debe medirse respecto a esa última cifra y no con relación al año base (2010), ni entre un año y otro, como lo hace equivocadamente el exministro.
Su premisa de que “superar la meta de reducción de emisiones debe implicar una reducción en el número total de emisiones entre un año y otro” no es correcta. Si Temo hubiera revisado bien la NDC-RD2020 se habría dado cuenta de que lo significativo en la ampliación de la ambición dominicana que se produjo por medio de ese documento no residió en aumentar el compromiso de reducción de los GEI de un 25 a un 27% al 2030, como efectivamente se hizo, sino en obligarse el país a cubrir con fondos nacionales (públicos y privados) una parte significativa de esa reducción (7 de 27%), sin apoyo técnico o financiero de los países del Norte Global.
Ese propósito de asumir la reducción del 7% de las emisiones al 2030 con fondos nacionales ya se cumplió al 2025. Además, se sobrepasó ampliamente, puesto que la reducción de GEI en base a fondos nacionales ya alcanza casi un 11% del total de las emisiones previstas para el año 2030.
Eso fue lo que dije en la Cumbre de Líderes previa a la COP30 en Belem, Brasil, en representación del Presidente de la República y eso fue precisamente lo que Temo no entendió, a pesar de su relevancia.
El tema no se agota con estas aclaraciones y precisiones. Pero debo dar término a este texto, como al efecto hago.