El panteón de Milán al mundo

El panteón de Milán al mundo

POR PATRICIA LEONOR
ROMA.-
Como en todos los países cristianos, en Italia se vive con gran entusiasmo la Navidad. Las alegorías propias de la época imponen su alegre presencia en calles y comercios, y las tradiciones de siglos siguen siendo determinantes a la hora de celebrar el nacimiento del Niño Jesús.

Una de estas viejas tradiciones es la degustación del panetón o panettone, postre milanés que hace su aparición en supermercados, reposterías y panaderías de toda Italia desde los primeros días de noviembre y desaparece con las últimas fiestas de enero; pero sobre todo, forma parte primordial del banquete de la Nochebuena y la comida de Navidad.

El panetón es una masa que se obtiene de la mezcla de harina, levadura, agua, mantequilla y huevos, a la que se agregan frutas confitadas, pasas y almendras. Se sirve en tajadas acompañadas de vino dulce, ya sea espumante o moscatel, o con bebidas calientes como café o chocolate. También es una costumbre italiana servirlo acompañado de mascarpone, una especie de crema batida.

Es definido como un dulce típicamente italiano, regulado tardíamente por el Decreto Ministerial del 22-7-2005, que especifica sus ingredientes y los porcentajes mínimos para ser definido como tal.

En la actualidad su variedad es casi ilimitada. Los más populares son aquellos que contienen rellenos o cubiertas de chocolate, crema de leche o de frutas. Su precio es también diverso, y se pueden adquirir entre los dos y diez euros, aunque los hay mucho más caros.

Lo que no ha cambiado a través de los siglos es su forma cilíndrica en la base y su altura de unos 30 centímetros que termina en forma de cúpula, que algunos asemejan a la del duemo de Milán.

Algo de historia

Aunque los antiguos romanos fueron los primeros en endulzar con miel un pan con levadura, se dice que la tradición de este dulce navideño se inició hace unos cinco siglos, en la ciudad italiana de Milán.

Los indicios más antiguos de la presencia del panetón están en una pintura del siglo XVI de Brueghel el Viejo y en un libro de recetas de Bartolomeo Scappi, cocinero de papas y emperadores en los tiempos de Carlos V.

Pero su primer registro como dulce navideño tradicional milanés aparece en un artículo del escritor iluminista Pietro Verri en el siglo XVIII, que lo llama pane di tono (pan grande).

La industrialización hizo que su consumo se hiciera más popular en Italia y, con los años, a nivel mundial. En la década del 50 del pasado siglo dos empresarios milaneses, Angelo Motta y Gino Alemagna lanzaron en todo el país y en todo el mundo el panettone como dulce típico de Navidad.

Así se convirtió en un postre tradicional navideño, sobre todo desde que los empresarios empezaron a obsequiárselo a sus clientes.

En latinoamérica

Hace apenas unos años que en  República Dominicana se comenzó a generalizar el consumo de panetones en Navidad, pero en otros países latinoamericanos se consume desde hace tiempo; e incluso, en algunos  forma parte de su tradición culinaria navideña.

Es el caso de Perú, donde a principios de los años 60 Antonio D’onofrio firmó un contrato con una de las dos principales marcas de panetón en Italia, y obtuvo la fórmula y el envase característico para producirlo. Hoy no sólo es un símbolo en la mesa navideña peruana, sino también un artículo de exportación.

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