Ciudad del Vaticano, (EFE).- Benedicto XVI anunció hoy la aprobación de las ceremonias que marcan el itinerario de iniciación del movimiento cristiano Camino Neocatecumenal, en una reunión con 7.000 «kikos», como son conocidos, a los que exhortó a mantenerse en «profunda unidad» con los obispos de sus diócesis.

En una audiencia a la que asistieron los fundadores del Camino Neocatecumenal, los españoles Kiko Argüello y Carmen Hernández, y el sacerdote italiano Mario Pezzi, el Obispo de Roma dijo que la Iglesia reconoce en este movimiento «un particular don del Espíritu Santo a los hombres de nuestro tiempo». «La aprobación del estatuto del directorio catequético sobre esas ceremonias, que no son estrictamente litúrgicas, muestra como la Iglesia os acompaña atentamente.

Vuestro trabajo es valioso, buscar siempre la comunión con la Iglesia apostólica y con los pastores (obispos) de las iglesias particulares de las que formáis parte», manifestó el Pontífice. Benedicto XVI les exhortó a no separarse de la comunidad parroquial «que es el verdadero lugar de la comunidad de todos».

El papa Ratzinger ha pedido en varias ocasiones a los neocatecumenales que su acción apostólica esté «en total sintonía» con sus directivas y en comunión con las iglesias particulares donde trabajen. Algunos obispos se quejaron en ocasiones de que algunas comunidades de «kikos» funcionaban de «manera paralela» a la diócesis, como si fueran independientes.

El pasado año obispos japoneses les acusaron de tener un estilo «sectario» y se quejaron de que las pequeñas comunidades neocatacumenales «creaban divisiones» en las parroquias. El Pontífice señaló también que sus estatutos les permiten celebrar la liturgia dominical en pequeñas comunidades tras las primeras vísperas del domingo (el sábado por la tarde), según las disposiciones del obispo de la diócesis, pero insistió en que deben ser abiertas a todos los fieles.

 La audiencia comenzó con la lectura del decreto del Consejo Pontificio para los Laicos por el que se aprobaba las celebraciones que marcan el itinerario de iniciación cristiana, tras quince años de estudio por parte de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que preside el cardenal español Antonio Cañizares Llovera.

Después intervino Argüello, que dijo que el decreto abre un camino de crecimiento de la fe y señaló que muchas gentes no van a las iglesias pero sí a sus comunidades. Durante la audiencia, celebrada en el Aula Pablo VI del Vaticano, una orquesta de los «kikos», dirigida por un español, y de la que formaron parte numerosos jóvenes, tocó la sinfonía «El sufrimiento de los inocentes» y el «Resurrexit».

Benedicto XVI bendijo a un centenar de familias miembros de los «kikos» que irán por el mundo, especialmente en países más secularizados, a evangelizar. Kiko Argüello precisó que las familias irán a 18 «missio ad gentes» a las ciudades europeas de Albi, Niza, Bayona, Toulone, Estrasburgo, Lyon, Bélgica, Marsella, Liubliana, Eslovenia, Sarajevo, Bosnia, Tallin, Estonia, Viena y Manchester, a la estadounidense de Boston y a Venezuela, Congo, Gabón, Australia, a Papúa Nueva Guinea y Ucrania.

El Camino Neocatecumenal surgió en 1964 en Madrid. Tras una crisis existencial, el pintor Argüello descubrió en el sufrimiento de los inocentes -según dijo- el misterio de Cristo crucificado, por lo que decidió marcharse a vivir entre los pobres de las barracas del barrio marginal madrileño de Palomeras Altas. Carmen Hernández, licenciada en Química, que había seguido la renovación del Concilio Vaticano II y que pretendía evangelizar a los mineros de Oruro, en Bolivia, conoció a Kiko y abrazó la causa.

Ejercieron su labor entre gitanos, quinquis, analfabetos, ladrones, prostitutas, jóvenes delincuentes y pordioseros. Poco a poco fueron extendiendo por España y otros países el proceso de evangelización de adultos. Actualmente el Camino cuenta con 1,5 millones de miembros, presentes en 107 países. Cuentan con 20.000 comunidades, distribuidas en 6.000 parroquias de 900 diócesis del mundo. En junio de 2008, el Vaticano aprobó sus estatutos, después de varios años de estudios y algunos recortes. EFE