El Papa argentino, imán para los fieles latinoamericanos en Quito

El Papa argentino, imán para los fieles latinoamericanos en Quito

Quito. Francisco ya no es solo el papa argentino, también se ha convertido en un representante icónico de América Latina, una región que le ha acogido como el santo padre de todos sus pueblos y en un símbolo de la esperanza y unidad que requieren sus naciones.

Ese fue el criterio de varios fieles extranjeros que acudieron hoy a la multitudinaria misa campal que el papa ofreció en Quito, en el tercer día de su visita a Ecuador que se extenderá hasta mañana miércoles, cuando parta a Bolivia y Paraguay, los otros dos destinos de una corta gira por Suramérica.

El sumo pontífice congregó esta mañana en la capital ecuatoriana a más de un millón de personas en el parque Bicentenario, en la zona centro-norte de la ciudad, que se inundó con ríos de gente que acudieron al llamado de la Iglesia católica desde todos los puntos cardinales. En medio de la muchedumbre fervorosa, banderas de varios países latinoamericanos se confundían con las ecuatorianas y las del Vaticano, que portaban los fieles para homenajear al jefe del Estado pontificio.

Cubanos católicos llegados a Quito no solo blandían con orgullo la bandera de su país, sino que en la misma asta habían fijado otras de Argentina y México, que identificaban a un grupo ecuménico que había llegado a los Andes de Ecuador para escuchar a Francisco en su primera visita a países suramericanos de habla hispana.

“No importa la distancia, lo importante es escucharlo y estar junto a él. Es nuestro”, señaló el cubano que pudo ubicarse a unos 150 metros del templete construido en el parque Bicentenario, desde el cual el papa ofreció misa.

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