CIUDAD DEL VATICANO. El papa Francisco elogió el domingo el valor de las personas mayores, en homenaje a la contribución de los abuelos a la sociedad, incluyendo a su predecesor el pontífice emérito Benedicto XVI, quien participó junto a él en una ceremonia en la plaza de San Pedro.
Francisco, de 77 años, lamentó que en algunos horas los ancianos sean tratados como “prisioneros” y afirmó que a menudo son “olvidados, escondidos, abandonados” por la sociedad, lo que equivale a una eutanasia. Francisco también hizo alusión a su edad y dijo que ser anciano es “una etapa de gracia”.
“Los abuelos que han tenido la bendición de ver a los hijos de sus hijos tienen una importante encomienda: transmitir la experiencia de la vida, la historia de la familia, de una comunidad, de un pueblo, compartirla con simpleza, sabiduría y fe, en sí misma la herencia más preciada”, agregó el papa.
“Una persona que no cuida a sus abuelos y los trata bien es una persona sin futuro”, dijo Francisco, quien condenó a las sociedades que priorizan la productividad y marginan a los ancianos y jóvenes. El cantante Andrea Bocelli fue uno de quienes cantaron en la ceremonia.
Miles de personas, muchas de ellas parejas de ancianos con sus nietos, aplaudieron cuando Francisco les dijo que tener a Benedicto XVI viviendo un retiro papal en el Vaticano es “como tener a un abuelo sabio en casa”. Desde su asiento, Benedicto XVI unió sus manos y las extendió hacia Francisco en señal de gratitud.
Francisco abrazó cálidamente al frágil Benedicto XVI, de 87 años, quien usó un bastón y vistió un largo abrigo blanco pese a que la mañana era tibia.
Francisco saludó a una pareja de ancianos iraquíes refugiados quienes están casados desde hace 51 años y recientemente huyeron del país por los actos de violencia contra los curdos.
En octubre el papa encabezará una reunión de obispos procedentes de todo el mundo que discutirá durante temas relacionados con la familia durante una semana.