El Papa invita a toda la Humanidad
a «construir» la paz

El Papa invita a toda la Humanidad<BR> a «construir» la paz

Ciudad del Vaticano, 1 ene (EFE).- El Papa inició hoy 2005 con un llamamiento a todos los seres humanos a que «renueven su compromiso decidido a construir» la paz, a través de instrumentos como el diálogo, la justicia y la educación para el perdón.

El 1 de enero la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Paz, que en esta ocasión ha alcanzado su trigésimo octava edición y Juan Pablo II ha querido subrayarla con una misa en la Basílica de San Pedro, que ha sido su primer acto público del año.

En su homilía dijo que la construcción de la paz presupone la aceptación de «una exigencia moral fundamental, expresada por San Pablo: No te dejes vencer por el mal, sino derrótalo con el bien».

«Ante las múltiples manifestaciones del mal, que por desgracia hieren a la familia humana, la exigencia prioritaria es la de promover la paz», afirmó el Pontífice.

En esta línea, manifestó que «vencer al mal con el arma del amor se convierte en el modo en el que cada uno puede contribuir a la paz de todos» y agregó que ésa es la vía que son llamados a recorrer no sólo los cristianos, sino también los creyentes de otras religiones.

En su discurso en un templo lleno de fieles, el Papa animó a la Humanidad a que asuma que la construcción de la paz «es nuestra misión común».

En la basílica estaban presentes diferentes representantes del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, a quienes Juan Pablo II dirigió el deseo de un feliz año para sus países y tuvo una especial mención para los diplomáticos de los Estados golpeados por el reciente terremoto en el sudeste asiático.

La XXXVIII Jornada Mundial de la Paz ha contado también con un mensaje escrito del Papa que la Santa Sede difundió hace dos semanas y en el que Karol Wojtyla introdujo por primera vez el concepto de «ciudadanía mundial», que corresponde a toda la familia humana.

«La pertenencia a la familia humana otorga a cada persona una especie de ciudadanía mundial, haciéndola titular de derechos y deberes, dado que los hombres están unidos por origen y supremo destino comunes», escribió en ese mensaje.

Por ese motivo, hechos como la condena del racismo, la defensa de las minorías, la ayuda a los prófugos y a los refugiados y la movilización de la solidaridad internacional para todos los necesitados son «aplicaciones coherentes del principio de la ciudadanía mundial».

El Pontífice ha iniciado con esta misa su agenda de actos para 2005, que en los próximos días seguirá con las habituales audiencias públicas de los miércoles, el rezo del Angelus y la recepción al Cuerpo Diplomático, aparte de las audiencias privadas en las dependencias vaticanas.

En la medianoche del 31 de diciembre el Papa celebró una misa extraordinaria en su capilla privada, con la que quiso recordar a las víctimas del terremoto en Asia, que ha costado decenas de miles de vidas humanas y enormes daños materiales.

De esta manera, el Pontífice modificó su habitual tradición que consistía en pasar de un año a otro en oración junto a algunos colaboradores cercanos.

En la tarde del viernes, Juan Pablo II cerró su agenda de 2004 con una misa de «Te Deum» en la Basílica de San Pedro en la que formuló una petición para que el dono de la paz llegue a todo el mundo.

Juan Pablo II, que en mayo próximo cumplirá 85 años, empezó en octubre pasado su vigésimo sexto año de Pontificado, el tercero más largo en la historia de la Iglesia Católica, tras los de San Pedro y Pío IX. EFE

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