España, (AFP) – El papa Benedicto XVI llamó este sábado a Europa a «abrirse a Dios» y calificó de «tragedia» que a partir del siglo XIX se extendiera en Europa «la convicción de que Dios es el antagonista del hombre», durante una misa en Santiago de Compostela.  

«Europa ha de abrirse a Dios, salir a su encuentro sin miedo»; «es necesario que Dios vuelva a resonar gozosamente bajo los cielos de Europa», exhortó el Papa durante una misa al aire libre celebrada en Santiago de Compostela (noroeste), uno de los principales centros de peregrinación católica de Europa.   «Es una tragedia que en Europa, sobre todo en el siglo XIX, se afirmase y divulgase la convicción de que Dios es el antagonista del hombre y el enemigo de su libertad», continuó.   «La Europa de la ciencia y de las tecnologías, la Europa de la civilización y de la cultura, tiene que ser a la vez la Europa abierta a la trascendencia y a la fraternidad con otros continentes, al Dios vivo y verdadero desde el hombre vivo y verdadero», estimó.  

Según Benedicto XVI, las raíces y tradiciones cristianas están en el origen de «las grandes creaciones filosóficas y literarias, culturales y sociales de Europa».   Las ideas defendidas por los anticlericales y los ateos eran un intento de «ensombrecer la verdadera fe bíblica en Dios», estimó.  

 «¿Cómo es posible que se le niegue a Dios (…) el derecho de proponer esa luz que disipa toda tiniebla?», se interrogó el Papa.   «¿Cuál es la aportación específica y fundamental de la Iglesia a esa Europa, que ha recorrido en el último medio siglo un camino hacia nuevas configuraciones y proyectos?», preguntó.   «Su aportación se centra en una realidad tan sencilla y decisiva como ésta: que Dios existe y que es Él quien nos ha dado la vida», estimó.  

Además llamó a los jóvenes a que «renunciando a un modo de pensar egoísta, de cortos alcances, como tantas veces os proponen, y asumiendo el de Jesús», se realicen «plenamente» y sean «semilla de esperanza».  

El Papa se opone con frecuencia a la «secularización» de la sociedad europea. En octubre creó el consejo pontificio para la nueva evangelización, un ministerio encargado de hacer frente a la caída de la práctica y al riesgo de desaparición del cristianismo en Europa.   Anteriormente, a su llegada al aeropuerto y ante el heredero de la Corona, el príncipe Felipe de Borbón, y su esposa, Letizia, el Papa llamó a dar una «nueva pujanza» a las «raíces cristianas» de España y Europa, retomando las palabras pronunciadas en 1982 por su antecesor, Juan Pablo II, durante un largo viaje por España.  

España y Europa no deben estar «sólo preocupadas de las necesidades materiales de los hombres, sino también de las morales y sociales, de las espirituales y religiosas», llamó.