Ciudad del Vaticano. El papa pidió hoy que la Comisión para la Protección de los Menores elabore cada año y le entregue un informe sobre las iniciativas de la Iglesia para prevenir los abusos, sobre lo que está sucediendo y sobre lo que debe cambiar para que las autoridades pertinentes puedan tomar medidas.
Así lo dijo Francisco al recibir hoy a los miembros de la Comisión para la Protección de los Menores, que él mismo instituyó en 2014 y que estos días celebran su asamblea plenaria, un organismo que adquirirá mayor peso al ser englobado en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, según la nueva Constitución Apostólica “Praedicate Evangelium”, que reorganiza la Curia y que entrará en vigor el 5 de junio.
Al recibir a los miembros de la Comisión, presidida por el cardenal estadounidense Seán Patrick O’Malley, el papa aseguró que “la incidencia de los abusos a menores por parte del clero lleva varios años disminuyendo en las partes del mundo en las que se dispone de datos y recursos fiables” y les encargó que preparen cada año un informe sobre ello.
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“Esto puede ser difícil al principio, pero les pido que comiencen donde se necesite para que podamos brindar un informe fiable sobre lo que está sucediendo y lo que debe cambiar para que las autoridades pertinentes puedan tomar medidas”, instó.
Para Francisco “este informe será un factor de transparencia y rendición de cuentas” y servirá para mostrar “los progresos en este compromiso».
“Si no hubiera progreso, los fieles seguirían perdiendo la confianza en sus pastores, haciéndose cada vez más difícil anunciar y testimoniar el Evangelio”, constató Francisco.
También animó a esta comisión a que ayude a las Conferencias Episcopales para “crear centros especiales en los que las personas maltratadas y sus familias puedan ser acogidas y escuchadas y acompañados en un camino de curación y justicia».
Asimismo, destacó que las Conferencias episcopales “deben establecer las comisiones y todos los medios para llevar a cabo los procesos de atención a las personas abusadas, con todos los métodos que tengan, y también de los abusadores y cómo castigarles».
“Tienen que supervisar eso”, les indicó el papa.
Al inicio de su discurso, el papa dijo que “los niños y las personas vulnerables están hoy más seguros en la Iglesia también gracias a su compromiso”, aunque también subrayó que aún “desgraciadamente no faltan situaciones en las que la dignidad de los niños se ve amenazada, y esto debería preocupar a todos los fieles y a todas las personas de buena voluntad».
“El abuso, en todas sus formas, es inaceptable. El abuso sexual de los niños es particularmente grave porque ofende a la vida que está floreciendo. En lugar de florecer, la persona maltratada queda herida, a veces incluso de forma indeleble”, señaló Francisco.
Francisco exhortó entonces a la Comisión “a trabajar con diligencia y valentía para dar a conocer estas heridas, a buscar a quienes las sufren y a buscar a los que sufren y reconocer en ellos el testimonio de nuestro Salvador».
Pero añadió que este es el camino de cada miembro de la Iglesia, y que “según su condición, está llamado a asumir su responsabilidad asumir la responsabilidad de prevenir los abusos y trabajar por la justicia y la curación».