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El papa Francisco pidió este sábado a los peregrinos que sean «abiertos» y «respetuosos» durante una misa celebrada al aire libre en Budapest, tras reunirse con el primer ministro húngaro, Viktor Orban, cuyas opiniones sobre la migración difieren con las del pontífice.
«La cruz […] exhorta a mantener firmes las raíces, pero sin encerrarse; a recurrir a las fuentes, abriéndose a los sedientos de nuestro tiempo», dijo el papa. «Mi deseo es que sean así: fundamentados y abiertos, arraigados y respetuosos», insistió.
El sumo pontífice, de 84 años, acudió a Budapest para presidir la misa de clausura del Congreso Eucarístico Internacional y pronunció estas palabras con ocasión de la oración dominical del Ángelus, en el marco de una visita relámpago a Hungría.
Anteriormente, se había reunido con el primer ministro Orban y con el presidente húngaro, Janos Ader.
El encuentro se realizó a puerta cerrada y no se informó de qué hablaron los responsables, pero Orban, que desaprueba la acogida de refugiados de cualquier religión defendida por el papa Francisco, indicó en su cuenta de Facebook que le había «pedido al papa que no deje perecer a los cristianos de Hungría».
Desde Budapest, este domingo, el papa viajará a la vecina Eslovaquia, donde realizará una visita de Estado de tres días.
