El papa Ratzinger viaja a su país para ayudar a los hombres a «volver» a Dios

El papa Ratzinger viaja a su país para ayudar a los hombres a «volver» a Dios

Ciudad del Vaticano, (EFE).- Benedicto XVI viajará del 22 al 25 próximos por tercera vez a su Alemania natal con el objetivo de ayudar a los hombres a «volver» a Dios, a «colocarlo» en el centro de sus vidas en un mundo cada vez más secularizado, en el que se intenta -dice- relegarlo al ámbito privado cuando no a olvidarlo.

Así lo ha manifestado el papa en el mensaje enviado a los alemanes con motivo de la visita, que tendrá como momentos más importantes el discurso que pronunciará el día 22 ante el Parlamento, en Berlín, y el encuentro ecuménico que celebrará con las iglesias surgidas de la reforma protestante de Martín Lutero al día siguiente en la ciudad de Erfurt.

Además de Berlín y Erfurt, el pontífice visitará el santuario mariano de Etzelsbach y Friburgo, zona de amplia mayoría católica en el estado de Baden-Württenberg. «No se trata (el viaje) de un turismo religioso y menos de un espectáculo.

 ¿De qué cosa se trata? Como dice el lema del viaje ‘donde hay Dios, allí hay futuro’, se trata de que Dios vuelva a nuestro horizonte, este Dios demasiadas veces ausente, pero al que tanto necesitamos», afirmó el papa Ratzinger.

 En una Alemania cada vez más secularizada, en la que el número de católicos, según el semanario Spiegel, entre 1990 y 2010 ha descendido un 12,7 %, hasta 2,6 millones de personas, Benedicto XVI pedirá a sus compatriotas que se comprometan «a volver a ver a Dios». «Volver a Dios para que volvamos a ser personas que lleven al mundo una luz de esperanza, que es la que viene de Dios y nos ayuda a vivir», agregó el obispo de Roma.

En esa secularización -que ve como los matrimonios por la iglesia han descendido, según los medios de comunicación alemanes, un 58,3 %, los bautismos un 43,1 % y las vocaciones religiosas un 62,1 %- han influido principalmente los casos de abusos sexuales a menores por parte de clérigos, así como la pérdida de importancia del cristianismo.

 También, según observadores católicos, la autorización por parte de Ratzinger de la misa en latín, para tender la mano a los tradicionalistas seguidores del cismático Marcial Lefebvre; la rehabilitación de la oración por los judíos del Viernes Santo y el hecho de que uno de los obispos tradicionalistas a los que levantó la excomunión, Richard Williamson, negara el Holocausto judío.

Según datos de la Iglesia católica alemana, entre las décadas de los años 70, 80 y 90, al menos unos 350 menores sufrieron abusos, entre ellos en la escuela de elite de los jesuitas Canisius, en Berlín.

El mismo Ratzinger se vio salpicado después de que el diario Süddeutsche Zeitung informara de que en la década de los años 80, cuando era arzobispo de Múnich, autorizó a un sacerdote con antecedentes de pederastia a ejercer en la capital bávara, lo que ha sido negado por el Vaticano. Según fuentes de la iglesia local, el pasado año se dieron de baja como católicos 181.000 personas.

 El diario Frankfurter Rundschau informó de que sólo en la diócesis de Bamberg abandonaron la iglesia 1.400 personas, en Würzburg más de 1.200 y en Augsburgo casi 5.000. La Iglesia católica alemana también afronta un descenso de las vocaciones religiosas, después de que en 2009 se ordenaran 99 sacerdotes, frente a los 295 de 1990. El encuentro con los protestantes en Erfurt ha levantado grandes expectativas, aunque el papa ha reconocido que el camino hacia la unidad es todavía muy largo y que en estos momentos lo importante es escuchar juntos la palabra de Dios.

La visita del pontífice al Bundestag ha provocado una oleada de críticas en la oposición alemana, al considerar que se viola la neutralidad religiosa del lugar, y un centenar de diputados no asistirán al acto. Paralelamente, movimientos laicos y colectivos de homosexuales han anunciado manifestaciones contra la visita de Benedicto XVI por su oposición al matrimonio homosexual, a los anticonceptivos y a levantar el celibato sacerdotal, entre otras causas.

El papa no ha olvidado el diálogo interreligioso y se reunirá asimismo con representantes judíos y musulmanes. Las relaciones con los musulmanes son buenas, según el Vaticano, y ya queda muy lejos el famoso discurso que pronunció en 2006 en la Universidad de Ratisbona (Alemania) en el que hablaba de Mahoma, considerado «ofensivo» por el mundo islámico y que desató las iras de los seguidores del profeta. EFE

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