El Papa tiene razón

El Papa tiene razón

Este Papa tiene en contra toda la derecha enquistada en los oscuros vericuetos del Vaticano, la cual ha llegado tan lejos que hasta opina públicamente para contradecir declaraciones y políticas del Pontífice.

La prensa obediente a la derecha, en todos los países, destaca cualquier asunto que considere disminuirá la imagen del actual cabeza de la iglesia Católica.

Si los tiros contra el Papa vienen de la extrema derecha es porque el hombre esta enderezando los entuertos de anteriores cabezas de la iglesia.

La reacción torpe y ciega continúa su camino en procura de que la feligresía siga como borregos, lo que deciden dos o tres curas enquistados en la cúpula del Vaticano.

Ya el tiempo de la infalibilidad papal terminó hace mucho. Ahora es el tiempo de la investigación, de la búsqueda, de la consulta. Es el tiempo de vivir con el amor a Dios, sin temor al ukase de un cura de aldea o al de un encopetado y ensoberbecido cardenal, de los que votan para elegir Papa.

Al Papa Francisco se le ocurrió recordar, como buen latinoamericano, que un buen castigo a tiempo provocará llanto en el niño pero evitará que mañana la familia tenga que llorar por las inconductas de aquel niño convertido en adulto descarriado.

Al Papa, repito, se le ocurrió decir que en ocasiones hay que darle una que otra nalgada a un niño malcriado, indisciplinado o desobediente. Nada más oportuno.

Siempre agradeceré las pelas que me dio mamá por mis desobediencias, por mis irrespetos a las órdenes con las que siempre me protegió y de lo que me doy cuenta un día sí y el otro también.

Tagore, el gran poeta indio, escribió muchas páginas brillantes, recuerdo aquella en la que le decía a su hijo, luego de castigarlo corporalmente, cuánto lamentaba haber tenido que recurrir a esos métodos y le aseguraba, a su retoño, que mientras el pequeño había olvidado los golpes poco después, a él aún le dolía el alma.

Nadie aboga por el secuestro de los hijos para que no puedan disfrutar de la niñez, lo que se trata es de rodear de seguridad a los niños y de crearles un marco de referencia con la educación doméstica para que mañana puedan ser mejores.

Este Papa está claro, por eso digo que si alguien ofende la memoria de su madre lo tendrá de frente, como hombre.

Peor que el comentario y la sugerencia del Papa es someter a los niños a la dictadura de la televisión sin control, que exhibe escenas de sexo explícito y crímenes horrendos a cualquier hora y nunca leo, ni escucho, ni veo, protestas contra el daño y la distorsión que producen esas imágenes.

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