Ciudad del Vaticano.– El papa Francisco emprenderá mañana un viaje de tres días a Armenia que servirá, entre otras cosas, para lanzar un mensaje de paz en el corazón de una región, el Cáucaso meridional, marcada por las tensiones geopolíticas.
Armenia será el vigésimo segundo Estado que recibe al papa argentino, que ha salido de las fronteras italianas en un total de catorce ocasiones durante su ministerio. Partirá desde el aeropuerto romano de Fiumicino a las 09.00 locales (07.00 GMT) a bordo de un Airbus de la compañía Alitalia y, tras recorrer 2.985 kilómetros, aterrizará en la capital armenia, Ereván, a las 15.00 hora local (11.00 GMT).
En primer lugar, este viaje del pontífice a Armenia tiene un objetivo ecuménico, el de avanzar hacia la unidad de los cristianos y tender puentes con la Iglesia gregoriana apostólica armenia, la oficial en el país y escindida de Roma desde hace 1.500 años.
El país, una antigua república soviética que vivió el comunismo durante más de siete décadas, está considerado como la primera nación que adoptó el cristianismo como religión oficial, en el 301 d.C, por lo que éste se entiende como un viaje a las raíces de la fe. En él vive actualmente una reducida comunidad católica, que equivale al 9,6 % de sus tres millones de habitantes, frente a los cristianos apostólicos, que son una inmensa mayoría.
En segundo lugar, esta visita tiene también un sentido político ya que el papa, tal y cómo él mismo ha avanzado, reivindicará su mensaje de paz y reconciliación en ese país caucásico, que mantiene complicadas relaciones con sus vecinas Turquía y Azerbaiyán.
Pero quizá uno de los momentos que más expectación generan será la visita al memorial de Tsitsernakaberd, que honra la memoria del millón y medio de armenios que, según las estimaciones, murieron en las deportaciones masivas orquestadas por los otomanos en 1915.
Estos crímenes se conocen como el “Metz Yeghérn” (gran Mal) y el país se bate para que la comunidad internacional lo reconozca como un “genocidio”, un término rechazado taxativamente por Turquía, heredera del extinto Imperio Otomano.
Por esa razón, Francisco volverá a poner el acento en estas masacres y para ello no solo visitará el monumento sino que se reunirá con los descendientes de los niños armenios acogidos en aquel entonces por el papa Benedicto XV en el Vaticano.
El papa será recibido el viernes en el aeropuerto internacional “Zvartnots” de Ereván por las autoridades del país y después acudirá a la catedral apostólica de Etchmiadzin, sede del patriarcado. Tras orar en este lugar, el más sacro del país, Francisco acudirá al palacio presidencial para saludar al presidente de la República, Serge Sargsyan, ante quien pronunciará su primer discurso.
Luego mantendrá un encuentro con una delegación de 240 miembros de la sociedad civil y del cuerpo diplomático y, tras otro discurso, regresará a Etchmiadzin para reunirse en privado con el patriarca supremo o “Katholikós”, Karekin II.