El papel estelar que toca al TSE

El papel estelar que toca al TSE

A medida que avanza el proceso electoral se hace más evidente que al aspecto contencioso le corresponderá un papel estelar en la dilucidación de discrepancias y reclamaciones de los partidos como tales y de individuos que se sientan afectados en sus derechos políticos. La tendencia en este sentido la marcó el procedimiento empleado por las principales organizaciones políticas, designando candidatos de dedo y desconociendo el legítimo derecho de muchos líderes intermedios a ser nominados a cargos electivos.
Debido a su papel estelar, la jurisdicción contenciosa deberá actuar con absoluta verticalidad, dando a cada quien lo que realmente merece y sin dejarse influir por las presiones de sectores interesados. Es previsible que a la luz de los resultados electorales podrían surgir reclamaciones fundamentadas en la apreciación de que muchas de las postulaciones no fueron hechas en base a los requisitos estipulados por la Ley Electoral. Esto, además de las reclamaciones propias de estos procesos.
El Tribunal Superior Electoral tiene ante sí grandes responsabilidades. Por ejemplo, deberá fallar sobre decenas de casos de revisión de candidaturas de los que recientemente fue apoderado por la Junta Central Electoral. De la justeza de los fallos que emita esta jurisdicción contenciosa dependerá gran parte de la transparencia del proceso.

Para mayor diafanidad

La modernidad alcanzada por el país en materia de organización de elecciones nos ha colocado en manos de la tecnología. En los complejos comicios del 15 de mayo habrá escrutinio electrónico de los votos, lo que facilitará la rápida obtención de los resultados finales. A pesar de la tecnología, alivia la declaración del presidente de la JCE, doctor Roberto Rosario Márquez, en el sentido de que también habrá escrutinio manual de los sufragios y que próximamente se hará un ensayo para verificar el funcionamiento de los equipos técnicos.
En las más complejas elecciones de las que se han organizado en el país, es necesario adoptar todas las precauciones posibles para garantizar la diafanidad del proceso y despejar las legítimas inquietudes de sectores interesados en el éxito del certamen.

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