El pasado jueves 11 se celebró el Día Mundial de la Enfermedad de Parkinson (EP), auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), coincidiendo con el aniversario de James Parkinson, neurólogo británico quien, en el 1817, describió pacientes con lo que él llamó en aquel tiempo parálisis agitante y que hoy en su honor la conocemos como la EP.
Este aniversario los neurólogos dominicanos lo celebramos en grande, con un evento internacional: el 1er Simposio de Trastornos del Movimiento auspiciado por la Sociedad local que nos agrupa, a neurólogos y neurocirujanos y por la Sociedad Internacional de Parkinson y Desórdenes del Movimiento. Todo ese gran banquete intelectual, con 10 invitados internacionales de toda América Latina se lo debemos a la ingente labor de una neuróloga joven y talentosa, que se ha dedicado a este campo de la neurología: la Dra. Marcia Castillo. En muy buenas manos está el relevo, recordé que tanto al Dr. Julián Sued como a mí, en Barcelona hace 19 años, durante la presidencia del Dr. Eduardo Tolosa en el congreso mundial de la Sociedad Mundial de Movimientos Anormales, nos hicieron delegados para Latinoamérica y el país de la Sociedad mundial de Movimientos Anormales.
La Enfermedad de Parkinson es una entidad médica producida por un proceso neurodegenerativo multisistémico que afecta el sistema nervioso central. En ocasiones, tanto el internista como el neurólogo en el diagnóstico de Parkinson valoramos aspectos que no son relevantes, en opinión del Dr. Francisco Cardoso de Brasil. Señalando que solo el 60% de las pacientes con parkinsonismo, es decir, con temblores y rigidez del movimiento tienen la verdadera enfermedad, otro grupo de importancia con estos síntomas, son los pacientes que están tomando algunos medicamentos como los antipsicóticos pues ellos pueden producir también rigidez y no ser la EP. Se refirió al parkinsonismo vascular, entidad que es secundaria a los ¨derrames cerebrales¨. Uno de los aspectos a considerar en las etapas tempranas de estas enfermedades con trastornos del movimiento son las llamadas disautonomias (disfunción de los nervios que regulan las funciones del cuerpo involuntarias, como tensión arterial, los latidos cardiacos, la sudoración, etc.).
Una de las vías que tenemos para determinar con certeza si una persona con dolores articulares inespecíficos, estreñimiento, pérdida de la olfacción, cambios en su escritura, tristeza inespecífica, alteraciones del sueño, enlentecimiento, marcha robótica, caídas frecuentes y si tiene más de 60 años, aun sin rigidez marcada ni temblores, es muy probable que tenga la Enfermedad de Parkinson. Entonces ponemos a ese paciente en el tratamiento para la enfermedad y si es parkinson, su respuesta será satisfactoria
Morfológicamente la enfermedad se caracteriza por la pérdida progresiva de las neuronas catecolaminérgicas. Se trata en resumen, de una alteración en el uso por el cerebro de un neurotransmisor, la dopamina, que tiene que ver con los movimientos y el ánimo. Esencialmente, hay una disfunción en las neuronas dopaminérgicas-mielinizadas de la sustancia negra, y parte de unos ganglios de sustancia gris en la base del cerebro. Se ha comprobado que hay una gliosis reactiva, que es una especie de cicatrización neuronal y la aparición en dichas áreas de los llamados cuerpos de Lewis. Factores hereditarios, tóxicos, traumáticos, virales, infecciosos y alimenticios, han sido invocados como iniciadores de todo este proceso de deterioro cerebral progresivo. Es a partir del 1988, cuando el investigador Paul Macgeer, publica sus encuentros en la revista Neurology, una de las más prestigiosas de nuestra especialidad, donde planteaba que la activación inflamatoria de células microgiales estaban alteradas en el parkinson y en el alzhéimer. En esa oportunidad, no se le puso la debida atención en el mundo científico, pero hoy día su teoría está sobre el tapete. Cuando usted amable lector, esté leyendo este artículo, estaremos representando el país en Lima, Perú, en el Congreso Latinoamericano del Dolor respecto del cual comentaremos luego ¡un abrazo afectuoso!