El Parkinson y la modernidad

El Parkinson y la modernidad

Tuvimos el alto honor de dictar una conferencia sobre la “Enfermedad Parkinson y la Modernidad”, en los salones del restaurante Scherezade de esta ciudad, auspiciada por el Colegio Dominicano de Neuropsicofarmacología, del que somos su Secretario, y los Laboratorios Lam.

En razón de que el lunes se celebró el Día Mundial del Parkinson, deseamos compartir algunos de los tópicos tratados en esa oportunidad. Nos referimos a los encuentros científicos más avanzados que hay hasta hoy sobre la enfermedad de los temblores. La licenciada Larissa Caminero, de Laboratorios Lam, dio la bienvenida a los médicos presentes, luego con palabras del Dr. Rafael García Álvarez, como presidente  del Colegio, se iniciaron los trabajos científicos de la noche.

La doctora Daisy Acosta nos presentó, señalando algunos aspectos de nuestra formación neurológica, y nuestra experiencia en el campo de los movimientos anormales, mencionando además, algunas de las obras que hemos publicado sobre temas  neurológicos, y de nuestro  dilatado ejercicio como neurocientista en el país. Enfatizamos esa noche la importancia del diagnóstico temprano de la enfermedad, considerando: dolores miálgicos migratorios, disminución de olfacción, marcha robótica y alteración de la escritura.

La enfermedad de Parkinson es un proceso degenerativo del sistema nervioso de etiología múltiple, de importancia creciente en lo que respecta a salud pública, en razón de que aumenta con la edad. Se caracteriza por: manifestaciones motoras, donde la rigidez, la lentitud de movimientos, el temblor, la alteración de la postura erecta y las variaciones de la marcha, son las principales manifestaciones. Pero de todas sobresalen la rigidez y el temblor rítmico, donde el paciente como que “cuenta monedas” con sus dedos en los casos floridos.

Como es un proceso degenerativo engloba gran parte del cerebro, no sólo los llamados Ganglios Basales, que son unas “almendras” de sustancia gris situadas en la profundidad de nuestros cerebros, las que junto a otras estructuras tienen que ver con los movimientos y la precisión de nuestros músculos en las actividades del diario vivir, por esta razón aparecen otros síntomas, tales como: demencia, depresiones, disgrafías, cara inexpresiva, anosmia, dermatitis.  Se considera que la causa es una alteración en la producción y el uso de una sustancia neurotransmisora, la dopamina.

Como el Colegio de Neuropsicofarmacología agrupa a distintas especialidades médicas, reiteramos ante la variada audiencia, la importancia del diagnóstico temprano de esta enfermedad de la rigidez,  y señalamos algunas de las pistas clínicas que debemos rastrear en el paciente de más de 50 ó 60 años, que llega a la consulta con cierta rigidez, dolores inespecíficos en todo el cuerpo, alteración de la capacidad de oler bien los alimentos y quizás con una discreta alteración de su escritura, aunque no tenga temblores, debe descartarse el Mal de Parkinson.   

Nos referimos a nuestra experiencia con dos medicamentos en particular, el Rotidín y el Renacenz, el primero la levodopa-carbidopa y el segundo el Cerebrolysin, como restaurador neuronal, con los dos he tenido muy buenas experiencias terapéuticas en el manejo de la enfermedad. El primero, es una medicación que uso mucho en mi práctica actualmente, luego de empezar con la selegilina, todo dependerá del estadio y las condiciones particulares en que nos llegue el paciente, si está avanzado su Parkinson, entonces éste lo usamos desde el principio. Gratificante noche de intercambios científicos y experiencias con  neurocientistas talentosos.

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