El parque de Roberto

El parque de Roberto

Lo peor que le puede suceder a un ser humano en un cargo de servidor público es dejarse arropar por su vanidad. La vanidad incita a la prepotencia y esta última desvirtúa la función básica del servidor. Lejos de ver el bien de la comunidad, el vanidoso prepotente intenta resaltar en su labor para complacer su ego.

Él se convierte en el centro de su existencia y esto no le permite ver las verdaderas necesidades de su función y a quienes realmente debe servir.

Este es el caso de lo que está sucediendo con el parque del Conservatorio, llamado ahora parque Iberoamérica.

Lejos de ser lo que fue durante décadas, un parque zoológico, botánico y un parque para el disfrute sano de sus vecinos, permitiéndole un esparcimiento en contacto con la naturaleza, de repente, hace dos años, se ha convertido en un parque temático con fines comerciales haciéndole la vida muy difícil durante un mes a cientos de familias que viven en sus alrededores. Esto ha obligado que la Junta de Vecinos de La Esperilla denuncie al Ayuntamiento los males de usar un parque con poca capacidad para los millones de visitantes que se desean complacer y convertirlo en un pandemónium durante el mes de diciembre y los primeros días de enero.

En adición estos vecinos tienen que enfrentar mensualmente funciones en un anfiteatro que se le está dando un uso comercial a pesar de que en principios estaba diseñado para los alumnos del Conservatorio Nacional de Música.

La actitud del Ayuntamiento hasta el momento ha sido de ignorar las solicitudes y preocupaciones de la Junta de Vecinos.

Y es que no se puede actuar así ante una comunidad que tiene derecho a una vida tranquila, sobre todo en las noches, y que solo solicita que haya entendimiento en sus motivaciones para solicitar el traslado de una actividad navideña a otro sitio más amplio y menos engorroso y no mantenerla en un sector que inclusive cuenta con dos hospitales frente al susodicho parque.

Además el Ayuntamiento es cómplice en la violación de las leyes de Tránsito y Ruidos al permitir estacionamientos en las aceras y mantener altos decibeles en camiones patrocinadores del evento más el exceso de ruido por la cantidad enorme de visitantes en un área tan pequeña.

“El respeto al derecho ajeno es la paz”, frase de Benito Juárez que recoge el sentir de unos ciudadanos que cumplen con sus obligaciones de munícipes y esperan lo mismo del Municipio.

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