El partido de Candelier

El partido de Candelier

HECTOR MINAYA
Son las grandes crisis sociales las que, al propio tiempo, hacen surgir a los nuevos, y entierran a los viejos partidos.

Asoman al escenario y adquieren vigencia, los partidos que encarnan y expresan adecuadamente los signos de los tiempos: las demandas del momento y de los ciudadanos del momento. Y pasan a mejor vida los que olvidaron cómo y por qué nacieron; o, por cierto, pero más precipitadamente aún, los que nunca supieron cómo llegaron al escenario.

Dejemos ya de hablar del relevo de las anquilosadas dirigencias. Dejemos además de urgir por renovación de programas.

Nadie ha logrado nunca aquí ni en ningún lado, reverdecer a los viejos y concretar auténticas renovaciones. No, los partidos políticos, como cada parte del tejido social, son un fiel reflejo del conjunto de cada sociedad.

Estos pueden ser centenarios, duraderos y estables, si son dinámicos, que renuevan sus cuadros, como lo hacen en sociedades homogéneas y estables (Estados Unidos, Alemania, etc.).

Aquí, sin tiempo para alcanzar ni la vejez ni la artritis política, ni tiempo para ver crecer y morir a sus dirigentes, mutan innumerables partidos.

 En los últimos 47 años, sin pena ni gloria, han aparecido y desaparecido en nuestro país más de 200 organizaciones políticas. Aunque cierto es que en su gran mayoría sólo de extirpe electorera.

Con Alianza Popular, del licenciado Pedro de Jesús Candelier, estamos en condiciones de asistir a la aparición de una organización política que viene a representar a importantes sectores sociales, por una crisis creada con la desaparición de los viejos liderazgos y la similitud en propósitos y actuaciones  de los tres grandes partidos.

Esta organización y el licenciado Candelier están en un proceso de movilización a escala nacional, con gran aceptación en la población, por lo que considero que la Junta Central Electoral debe de agilizar el conocimiento del expediente depositado y dar la oportunidad para competir en igualdad de condiciones.

Habrá más partidos mientras más esté en ebullición y cambio nuestra sociedad. Porque cada nueva coyuntura es potencialmente engendradora de nuevas organizaciones políticas que aparecen con o como derivación de ellas y el partido de Candelier explica este fenómeno.

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