El hecho de que tres de los cinco jueces de la Junta Central Electoral (JCE) respalden la recomendación de monseñor Agripino Núñez Collado de que la institución electoral se libere de todo aquello que pueda sembrar duda o preocupación, es un ingrediente de alivio importante en la discrepancia surgida en torno a la dirección de su centro de cómputos.
Como Núñez Collado, los doctores Rosario Graciano de los Santos, César Francisco Féliz y Féliz y Eddy Olivares consideran que debe llegar a su fin la confrontación de la JCE con varios sectores de la vida nacional.
Con estas posiciones juiciosas, el conflicto entra en una etapa que mejora las posibilidades de un arreglo entre las partes, para que la JCE pueda trabajar en todo cuanto le concierne sin que medien sobresaltos innecesarios.
Ahora parece haber un terreno más fértil para lograr que germine una solución, la misma que aspira la sociedad dominicana.
La membresía de la JCE, los partidos políticos y una idónea mediación podrían ser suficientes para alcanzar el objetivo que sugieren monseñor Núñez Collado y tres de los cinco jueces que componen la Junta.
Ningún pretexto debe entorpecer este paso tan saludable y oportuno.
Maestra y símbolo
Doña Zoraida Heredia viuda Suncar dedicó gran parte de los 94 años de su vida al desarrollo de una vocación multiplicadora de valores y conocimiento. La grandeza de su aporte a la enseñanza hará que su recuerdo perdure como símbolo de abnegación y voluntad de servicio.
Varios textos escolares infantiles de su autoría han ayudado por muchos años a impulsar la enseñanza, y le han merecido reconocimientos diversos.
Egresada cum laude de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, desempeñó funciones ejecutivas en la UASD y en Educación. Fue vicecanciller y sirvió de enlace entre el Gobierno dominicano y la ONU para el establecimiento y coordinación en el país del Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación para la Promoción de la Mujer (INSTRAW). Al partir nos deja el inmenso tesoro de su obra.