El pataleo impugnador
perjudica al PRD

El pataleo impugnador<BR>perjudica al PRD

Fue normal que los dirigentes del PRD se plantaran ante el país para anunciar su decisión de impugnar casi en su totalidad las elecciones del pasado día 16 por el resultado tan adverso para sus aspiraciones, pese a que lograron un mejor posicionamiento en el número de diputados y hasta de alcaldías con relación a las elecciones del 2006.

El pataleo es normal en la cultura política dominicana. El hecho de que algunas elecciones transcurran sin ningún trauma o denuncia de fraudes, no forma parte de la cultura electoral criolla; en consecuencia, los perdedores recurren a todos los argumentos creíbles e imaginarios para poner en apuros a la Junta Central Electoral, que tan buen certamen organizó y lo llevó a feliz término, sin saber lo que les esperaban a partir del 17 cuando los perdedores se dieron cuenta de la magnitud de su derrota.

Lo menos que han esgrimido los dirigentes del PRD es exigir las cabezas de los responsables de la derrota encabezados por su presidente.

Pero éste se ha plantado y dice que no renunciará, alegando la recuperación del PRD en cuanto a su número de votantes, que si le añaden los abstencionistas, arroja una cifra impresionante que debería poner a pensar a los ganadores en cuanto a lo que anteriormente era un sólido respaldo nacional al presidente del PLD.

Las cifras de votantes del PRD, de abstención y hasta de votos nulos, debe poner a los ganadores en el ejercicio que les gusta y son tan dados a esos estudios de conducta y comportamiento de masas, para ver si en su ánimo desean hacer correcciones en el sendero que siguen y dejen de tratar a los gobernados con un aire de perdonavidas al estar brindando su sapiencia para guiarnos según sus criterios lineales, cerrados y verticales de conducción política.

Es difícil para el PRD sacudirse de sus actuales lastres, una, el presidente centralizador y gerencial, otro el inveterado uso y costumbre de descuartizarse entre ellos para que nadie alcance el manjar del poder.

Eso explica los temores existentes en muchos sectores nacionales de que el PLD continuará utilizando al PRD para sus fines y hasta llevarlo hacia un sendero de derrotas, del cual no se podrán zafarse en futuras elecciones, y más que ahora los legisladores y los alcaldes tendrán seis años para asegurarse sus beneficios, ofreciéndose como lo mejor para las elecciones del 2016.

El trauma y creencia del fraude a los perredeístas no les luce, ya que es su estrategia de toda la vida cada vez que pierden.

Deben abandonarlo para ver si seriamente pueden sentarse a analizar las causas de su derrota, tal como muchos analistas se lo han sugerido.

Empecinarse el PRD en crear una inestabilidad nacional, como era su costumbre del pasado, cuando no se cansaban de buscar el coronel que se casara con la gloria, es perder el tiempo.

Ahora casi todos están más empeñados en asegurar su sustento y no verse sin trabajo a cuenta de los caprichos y ambiciones de los políticos.

Estos vieron desvanecerse, en un día, los sueños que habían generado, creyendo que podían ganar sus cargos electivos para los cuales fueron postulados por el PRD o sus aliados.

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