El gobierno socialista cubano puede exhibir decenas de logros que se resumen en índices de educación y salud que compiten con países del primer mundo, pero sus principales errores han sido, según dos de sus representante diplomáticos, el paternalismo y una política impositiva ineficiente.
La vecina isla invierte más del 50% del presupuesto de gastos públicos en eduación y salud, servicios que son gratuitos; y según un informe del Unicef, es la única nación de América Latina y el Caribe que ha eliminado la desnutrición infantil.
Su tasa de mortalidad infantil es 4.6 por cada mil nacidos vivos, la más baja de las Américas. Y en materia educativa se sitúa como el país de la región con mayor índice de desarrollo. Cuba tiene 134 médicos por cada 10,000 habitantes, y la expectativa de vida es de 79 años.
Pero dos detalles empañan esos logros: el paternalismo y una política fiscal deficiente, según las explicaciones de Alexis Bandrich Vega, embajador de Cuba en el país. “El error más grande de Cuba es que se puede vivir sin trabajar, y es una gran distorsión ese parternalismo de no excluir a nadie, de no dejar a nadie fuera: alimentos subsidiados, estudios superiores, todo eso sin pagar un centavo.