El patrón de una buena paternidad

El patrón de una buena paternidad

POR CLAUDIA HERNÁNDEZ DE ALBA
Necesitamos Ampliar nuestras mentes para entender como deben ser transmitidas las verdades y valores a nuestros hijos. Algunas verdades son “captadas no enseñadas”. Esta es una verdad muy significativa que enfatiza la importancia del impacto que el estilo de vida de los padres hace en sus hijos. La palabra de Dios necesita ser enseñada a nuestros hijos, sin embargo ambas son necesarias. Timoteo no solo daba buen ejemplo de comportamiento sino que estos eran consistente con las escrituras Timoteo 3:15.

Los niños imitan lo que ven que sus padres hacen. Si lo que los padres dicen es diferente de lo que ellos hacen, los hijos imitaran lo que sus padres están haciendo. Si lo que los padres dicen es diferente a lo que hacen, los hijos imitaran casi inconscientemente lo que ellos hacen. Cuando los hijos son mayores, no solo se percataran de esta inconsistencia sino que desecharan y aun aborreceran aquello que se les enseño.

Si el padre obedece a Dios, entonces todos sabrán cuán importante es Dios en su vida diaria. Los niños adoptan los valores de los padres captando la verdad.

Los padres mayormente forman una comprensión de Dios del hijo por la manera que ellos viven los roles de padres dados por Dios.

El padre es la autoridad en la casa. La primera impresión del hijo de la autoridad incluyendo a Dios mismo viene de cómo su padre expresa su autoridad y responde a las autoridades en su vida.

La madre modela las actitudes de apacibilidad y cuidado de Dios. El hijo aprende como en control pueden convivir en una relación tanto la firmeza y franqueza así como también lo prudente, gentil y amoroso.

El esposo muestra la manera en que alguien con autoridad también puede amar por la manera en que ama a su esposa.

La esposa demuestra como se lleva bien con la autoridad. Ella apoya fielmente a su esposo aun si no esta de acuerdo con él. Ella muestra el modelo de cómo se respeta su autoridad.

Muchos niños piensan en  Dios como alguien distante y que no tiene cuidado de ellos, esto podría ser debido a que sus padres nunca se han abierto y compartido su vida con sus hijos. A Dios realmente le gusta hablar con sus hijos Génesis 3:8. El niño también aprende como reaccionar a las circunstancias de la vida viendo la manera como sus padres responden al mundo exterior. Poco importa lo que los padres dicen. El niño sabe en que creen sus padres por lo que su padre y madre hace. Si el modelo de vida contradice las palabras, el niño ignora las palabras. Veamos algunas de las muchas escenas que modelan la vida y actitudes de nuestros hijos: ¿Cómo responde papá cuando lo tratan mal? Perdona o trata de vengarse? ¿Cómo reacciona mamá a las situaciones que no son de su agrado y no puede controlar? ¿Confía en Dios o se agobia y queja? ¿Esta contento papá con lo que tiene? ¿Tiene que comprar muchas cosas para ser feliz? ¿Mamá cambia lo que haría o afirma, por lo que otra gente pueda decir o pensar? ¿Tiene temor de Dios? Cuando un niño ve la palabra de Dios vivida, gana la misma forma, fe o entendimiento de cómo la vida debería ser vivida. Esto no lo hace cristiano pero los prepara con un amor por la verdad. Ellos ven la dulzura de la verdad cristiana en Dios y desearan esa paz y manera de vivir mucho más que lo que el mundo les ofrece. El niño también aprende en la manera que sus padres tratan con él. Pensamos mayormente en una madre preocupada por el niño en los primeros días de su vida, pero no debemos excluir el cuidado del padre por su hijo. Estas cosas conforman grandemente el modo que el niño percibe lo que es importante en la vida, lo correcto e incorrecto. El niño aprende inconscientemente muchas cosas aun cuando son criaturas. La paternidad exitosa llega cuando combinamos el llevar una vida correcta con una instrucción correcta, estamos cultivando más que la mente. Estamos formando el alma y el corazón del niño. La mayoría de la educación básica toma lugar antes que el niño sepa leer o escribir. La buena paternidad involucra tres pasos básicos:

1-Entendiendo las verdades de Dios (Conociendo) 2-Aplicandolas a nuestras vidas como padres (Modelando) 3-Instruyendo a nuestros hijos en la Palabra de Dios (Instrucción). Nuestros hijos imitaran nuestras propias vidas para bien o para mal. Como padres debemos dar un buen ejemplo de cómo  resolvemos las relaciones personales, entonces nuestros hijos sabrán cómo resolver sus conflictos personales. Simplemente darles las herramientas, confidencias (verdades) y conocimiento para resolver estos problemas. Como padres darle la confianza de lo que puede o debe hacerse. Los caminos de Dios para rescatar a la familia funcionan en la vida de Timoteo y puede funcionar en la nuestra también.

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