El Patronato Nacional de Ciegos conmemoró ayer el 52 aniversario de su fundación, con la celebración de una misa en la que destacó sus aportes a la rehabilitación y desarrollo de personas invidentes.

Su segundo vicepresidente, Wilfred Mallén, aprovechó la ocasión y resaltó que la entidad capacita a los invidentes en distintos oficios, como masajistas, criadores de animales y comerciantes, así como manualidades para las féminas.
“Nosotros tenemos que ver con la colocación laboral de los no videntes. Nos encargamos de la rehabilitación, desde que pierden la visión hasta que ya pueden manejar el dinero y responsabilizarse en el mundo”, destacó.
Señaló que los 11 centros que tiene el Patronato en diferentes provincias del país, trabajan con unas 200 personas que han perdido sentido visual.
Asimismo, pidió al Gobierno un aumento del presupuesto para enfrentar las deficiencias del Patronato.
“Tenemos instituciones alemanas, francesas, españolas y japonesas que nos ayudan, pero realmente trabajamos con mucha precariedad y dificultad”, señaló Mallén.
Resaltó la ayuda que recibe la entidad por parte de los ministerios de Educación y Salud Pública.
El directivo precisó, además, que canalizan intervenciones quirúrgicas, con el fin de que personas recuperen la vista o no la pierdan.
Dijo que esas operaciones incluyen intervenciones de cataratas, glaucomas y otros problemas oftalmológicos.
Fundado en 1964, durante el gobierno del Triunvirato, el Patronato Nacional de Ciegos tiene filiales en Higüey, Hato Mayor, El Seibo y San Pedro, así como centros en Santiago y Barahona.
La misa conmemorativa fue oficiada por el padre Tomás Soto, en la parroquia Santa María Madre de Dios, de la Zona Universitaria.