El doctor Luis Ramón Cordero, cuando era administrador del periódico El Nacional de Ahora, ante una solicitud de crédito, sin que antes nos hubiésemos visto las caras, me dijo “No te conozco, pero soy tu garante; la única riqueza de nosotros los pobres es la seriedad”.
Seriedad y honestidad van de la mano, pero los políticos las han llevado a una degradación de tal magnitud que actividades se convierten en blancos para ataques despiadados, incluyendo el chantaje y amenazas a sus vidas.
El último “pecado“ cometido por Juan Bolívar Díaz fue aceptar formar parte junto a otros prestigiosos de la Comisión de Veeduría que revisará inversiones públicas de un ministerio.
Oh ironía de la vida, esos no le perdonan a Juan Bolívar ser referente para las generaciones.
Practican la doble moral contra Juan Bolívar, Radhamés Gómez Pepín, Luis Eduardo Lora Iglesias (Huchi), Osvaldo Santana, Bienvenido Álvarez Vega, Margarita Cordero, Manuel Quiterio Cedeño, Alvarito Arvelo, Pedro Caba (El Caballo), Altagracia Salazar (La Morena), José Bujosa Mieses (El Chino), los hermanos Herasme Peña, Luis José Chávez, Ramón Emilio Colombo y Juan Manuel García en el ejercicio de la profesión y en sus vidas privada y pública, exigiendo transparencia, honestidad, respeto a la institucionalidad, los derechos humanos, la Constitución y las leyes dominicanas, persecución y sanción para quienes se compruebe que desde las posiciones que han ocupado y ocupan practicaron y practican la malversación de fondos públicos. Pero no habrá marcha atrás, la batalla está casada desde hace tiempo.