El peligro de hipotecar el país de continuar el PLD

El peligro de hipotecar el país de continuar el PLD

Hasta el año 2007 la deuda pública se situaba por debajo de los US$10,000 millones. En cuatro años subsiguientes 2008-2011, el Gobierno del PLD más que la duplicó; lo que significa que en una sola gestión la nación se endeudó por un monto superior al saldo acumulado durante todasu historia.

Este endeudamiento se origina en el financiamiento de nuestros dos grandes déficits, interrelacionados entre sí: fiscal y de la balanza de pagos.

Dos terceras partes del incremento del endeudamiento se dirigieron a financiar los déficits fiscales de 2008 a la fecha. Los resultados presupuestarios acumulados arrojan un saldo negativo de unos RD$260,000 millones, equivalentes a US$6,700 millones.

Con la otra tercera parte de este incremento de endeudamiento se financió el déficit en cuenta corriente de la Balanza de Pagos. Del 2008 al 2011  este déficit acumulado fue de US$15,700 millones, más del doble del acumulado por todos los años  que aparecen  publicados en el portal electrónico del Banco Central. Este incremento asombroso del déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos es consecuencia lógica del enorme déficit fiscal que impide al gobierno disponer de excedentes para  financiar infraestructura de producción, por lo que las necesidades nacionales se satisfacen con importaciones; así como por las altas tasas de interés que tiene que pagar para captar recursos, desestimulando la inversión en sectores productivos.

Si bien el gobierno tiene una política expresa y orgullosamente exhibida de financiar déficits con inversiones directas y de capital, habiendo captado unos  US$10,000 millones al respecto, no puede ignorarse que la sumatoria de utilidades e intereses repatriados por estas inversiones alcanzan los US$6,700 millones; por lo que la entrada neta de moneda extranjera queda reducida a US$3,300 millones prácticamente equivalente al resto del endeudamiento público no destinado a financiar el déficit fiscal.

Así las cosas, cada día la proporción de las recaudaciones y de los dólares generados por nuestra economía tendrán que destinarse al pago de la deuda en lugar de invertirlos en incrementar la producción, generar puestos de trabajo y honrar la deuda social que nuestros gobiernos han acumulado con nuestros gobernados para así preservar la paz y orden públicos.

De seguir envolviéndonos en esta vorágine de endeudamiento alcanzaríamos el peligro de hipotecar completamente al país con todas las consecuencias que de ello se derivan a través de condicionantes económicos y políticos cercenadores de nuestra soberanía, identidad y capacidad para mejorar nuestras condiciones de vida, por lo cual constituye un peligro que el PLD siga conduciendo la cosa pública.

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