El peligro de los plomeros líquidos

El peligro de los plomeros líquidos

MANUEL DE JS. TRONCOSO B.
Los “plomeros líquidos” son productos comerciales que se utilizan para destapar tuberías y desagües. También se pueden emplear para limpiar superficies ásperas, remover pintura, desinfectar áreas, blanquear ropa, etc.

Tienen una gran capacidad de destruir la materia orgánica. En la forma líquida se les conoce como “lejía” y en la forma sólida “sosa cáustica”. Así como destapan tuberías y desagües, cuando son ingeridos aun sea la cantidad más pequeña, ocasionan daño de por vida, usualmente daño muy grave. Las personas mayormente afectadas son niños entre uno y cinco años de edad que se ponen en contacto con el tóxico, lo cual casi siempre ocurre en el hogar. Téngase presente que el niño en este grupo de edad quiere tocar todo lo que tiene cerca y muchas veces llevárselo a la boca. El daño de por vida puede ocurrir en un instante.

Estos productos se venden libremente, más frecuentemente en ferreterías y supermercados. Los hay de producción nacional e importada. Ambos traen advertencias en sus etiquetas acerca de los potenciales daños que pueden ocasionar. Los importados que he visto son más explícitos y traen “tapas de seguridad”. La lejía no tiene un olor o sabor definido, al contrario de los ácidos que por su fuerte olor la persona tiende a rechazarlos. De acuerdo a las estadísticas, alrededor del 75% de los accidentes que ocurren con estas sustancias es por ingestión de las mismas. El restante 25% es por contacto con la piel y/o los ojos, así como por inhalación. Cuando se trata de las tres últimas el problema, aunque deja consecuencias lamentables, no es de la magnitud que de cuando se ingiere. Cuando ocurre una ingestión de lejía lo indicado es de inmediato dar a tomar agua o leche diluida en agua en una buena cantidad, pero sin llegar a provocar el vómito, estando esto último contra-indicado. También se puede dar a tomar vinagre diluido en agua o jugo de limón  agrio. En el caso de contacto con la piel o los ojos de inmediato hay que lavar con mucha agua y quitar la ropa que pueda estar contaminada. En cuanto a inhalación a nivel casero no hay mucho que hacer. En todos los casos se debe buscar asistencia médica sin tardanza. La lejía daña la boca, la lengua, la garganta y el esófago, el tubo que comunica la cavidad oral con el estómago. Puede también afectar el estómago, lo que es menos frecuente y con menos consecuencias. Esto último se explica porque la pequeña cantidad que ingiere impregna la mucosa del esófago y penetra la pared del mismo, además de que el estómago es un medio ácido que neutraliza el alcalino. En otras circunstancias, cuando se ingiere un tóxico ácido, el daño mayor es en el estómago.

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