medio de las celebraciones y fiestas de fin de año se recurre a distintas «técnicas» para intensificar el festejo  y mantenerse despierto y activo. El uso de bebidas energéticas para no decaer luego de una fiesta o celebración se transforma en una práctica cada vez más común en los adultos y jóvenes, quienes tienen libre acceso a estas bebidas.

Sin embargo, este tipo de productos mezclados con bebidas alcohólicas se transforma en un elemento nuevo, muy llamativo, pero peligroso para la salud, advierte Fernando Torres, académico de la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad Andrés Bello de Chile, según una publicación de Terra.com

Según explica el químico farmacéutico y profesor de toxicología: “el uso de las bebidas energizantes se altera con las bebidas alcohólicas, especialmente las destiladas”.

El experto agrega que “con esta mezcla se mejora el sabor pero se estarían consumiendo mayores cantidades de alcohol, y esto sumado a que contienen agentes energéticos, la persona no siente el cansancio ni efectos depresores del alcohol, consumiéndolo más”.

¿Cuáles son los peligros?

“Un consumo constante hará que se requiera de mayores dosis para sentir el efecto estimulante, lo que puede determinar alteraciones de la irrigación sanguínea, favoreciendo la hipertensión arterial. Ingerir de forma frecuentebebidas energéticas altera el sueño normal, muchas veces la persona manifiesta insomnio, inquietud y excitación”, dice el especialista.

De igual manera, en cantidades elevadas pueden presentarse distorsiones en la percepción, temblores, alteración del ritmo cardíaco y la respiración.

Por último, Torres señala que el consumo de este tipo de bebidas energizantes no es recomendable en aquellas personas que sufren de obesidad, debido a sus altos niveles de carbohidratos; mientras que en pacientes que presentan factores de riesgo puede conducir a altos niveles de glicemia en la sangre o diabetes.