El peligro real de la inacción

El peligro real de la inacción

¿Se acuerda del “peligro fiscal real”? Esta es la expresión que la administración Bush ha utilizado reiteradamente en sus propuestas de presupuesto para argumentar que la amenaza real a las finanzas de EEUU no está en los déficit a corto plazo, sino en la carga creciente de compromisos futuros con la Seguridad Social y el Medicare? 

Sobre este asunto, la Casa Blanca está absolutamente en lo cierto. Desafortunadamente, lejos de proponer soluciones constructivas, con visión de futuro al problema, lo ha puesto peor. Nadie debe dejarse engañar por la vaga retórica electoral de la “sociedad de propiedad”, que en la práctica no ofrece mucho más que un bulto de recortes de impuestos no financiados y medidas impracticables.

Y a pesar del ataque de John Kerry al señor Bush, sobre el déficit este miércoles, tampoco los demócratas -con el fantasma del desastroso aumento en los impuestos de Walter Mondale de la campaña presidencial de 1984 rondándolos- lo han hecho mucho mejor. Está claro que un serio debate sobre el peligro fiscal real ha estado ausente sin permiso oficial de las elecciones presidenciales.

Cuando la generación del “baby boom” empiece su retiro en masa a finales de la década y las proporciones de la dependencia suban, la presión tanto en la Seguridad Social como en el Medicare será enorme. El primero es, al menos, cuantificable: como señalara la admirablemente imparcial Oficina  de Presupuesto del Congreso en una valoración reciente, los gastos de la Seguridad Social empezarán a exceder los ingresos en 2019, y el sistema, con los fondos retirados del sistema fuera del gravámen actual, se quedará sin dinero en 2053.

Medicare es un problema mucho mayor que es más difícil de cuantificar, puesto que al operar como un sistema de seguros, está a merced de costos de inflación de servicios médicos impredecibles.

Los estimados presentados por el Tesoro de EEUU en 2002 sitúan el valor actual del total de las obligaciones futuras del gobierno sin financiamiento en US$45,000 millardos, o cerca de cuatro veces el ingreso nacional anual.. La ley de la administración Bush que añade beneficios de medicamentos por prescripción al Medicare, empeoró mucho más la situación.

Pero en lugar de planear soluciones prácticas, como una combinación de impuestos más altos, una edad de retiro más tardía y un sistema de Seguridad Social financiado en su totalidad, la Casa Blanca ha ofrecido aceite de serpiente. Planes vagos para desviar los impuestos corrientes a las nóminas, a las cuentas corrientes, no enfrentan el costo de compensar la diferencia para pagar la generación actual de retirados. La salud privilegiada por los impuestos, las cuentas de ahorros por vida y retiro de la “sociedad de propiedad” del señor Bush implican más costos, no menos, mientras reducen el ingreso fiscal en el futuro.

Llegará a verse como extraordinario en las generaciones futuras que, una vez que recibieron un excedente fiscal a finales de los años 90, los políticos estadounidenses lo dejaron perder en partidas de recortes de impuestos sucesivos, en lugar de financiar la seguridad económica de otra generación. Esos norteamericanos demasiados jóvenes para votar en estas elecciones estarán pagando la negligencia con los temas fiscales reales durante un futuro prolongado.

TRADUCCION: IVAN PEREZ CARRION

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