El pensionado no es gente

El pensionado no es gente

Siempre se ha dicho que “el que anda a pies y sin un peso en los bolsillos no es gente” y salvo los que mantienen su práctica privada exitosa o negocios de otra índole, la mayoría de los pensionados no tiene vehículo o vive bregando con un cacharro coincidente con su edad y lo de cero peso en el bolsillo es proverbial porque los medicamentos para los achaques de la vejez le absorben hasta el último centavo, aparte de lo que debe gastar en papeleos y viajes para que lo pensionen como manda la Ley, y, cuidado si lo llaman y por cualquier razón no puede contestar su teléfono, porque lo dan por muerto o desaparecido y Savica se apropia de su dinero; una miseria, que legalmente llaman “cesantía”.

Algunos me cuestionan porqué no lleno el perfil clásico del jubilado desguañangado, ya que afortunadamente todavía camino derecho, no jorobado, ni con bastones, ni medio ciego o con un lado muerto. La razón es sencilla; me enrolé como empleado del Estado a muy temprana edad y mi pensión por años de servicios llegó relativamente temprano.

El diccionario inglés-español enseña el significado del prefijo “re”; en inglés “tired” quiere decir “cansado” y en español “tirado” significa arrojado al suelo. De aquí sacamos que “retired” (retirado o pensionado en inglés) vendría siendo “re-cansado” y “retirado” en español sería “re-tirado o tirado de nuevo” o “ jondiado” en buen dominicano, que es lo que tradicionalmente se hace con quienes dan los mejores años de su vida al Estado u otras instituciones, asignándoles una pensión vergonzosa que saca más lágrimas que la cebolla del policía.

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