El peor sunami

El peor sunami

Bonaparte Gautreaux Piñeyro

El patrimonio público, los bienes del Estado, son parte del botín que han logrado obtener muchos políticos y negociantes, al amparo del poder. Con esta frase quiero llamar la atención sobre un cáncer recurrente que no ha tenido cirujano que lo extirpe.

Quizá, en parte, es culpa del espejismo que deslumbra a gente cuyos principios morales han sido distorsionados desde antes de llegar al poder.

Tengo muy presente la enseñanza de la familia de Juan Pablo Duarte, que vendió todos sus bienes para donarlos a la revolución, al trabajo y esfuerzo, al sacrificio, a la gloria de fundar la República Dominicana. El Patricio pidió dinero para comprar armas, aunque fuera a costa de una estrella del cielo.

Rafael Herrera, aquel periodista insigne, con quien disentí públicamente en más de una ocasión, con su sabiduría y profundidad decía, con frecuencia, que todos éramos culpables de los males que sufría la República, al cabo de los años convengo con Herrera: todos somos culpables de muchos de los problemas que afectan a la sociedad dominicana.

Si para muestra basta un botón, recordemos que el mariscal del Ejército imperial que ejecutó la Anexión a España, Buenaventura Báez, concitó tantas voluntades que volvió al poder luego de haber traicionado la República, y empobreció el país con una larga guerra que duró seis años. Solo un año después de volver al poder, 1869, ya estaba negociando una nueva anexión de la República, esta vez con Estados Unidos de América.

Ese pendular del pueblo dominicano, entre el conservatismo extremo y el liberalismo ingenuo es una muestra trágica de nuestra historia.

Hoy, siglo XXI, año 2021, se levantan voces que defienden lo indefendible, en un nuevo ejercicio de profesionales de la mentira y la fábula, capaces de, por arte de birlibirloque, intentar demostrar que las 12 del mediodía es de noche.

Cuando Juan Bosch destruyó el Bloque de la Dignidad Nacional y luego intentó boicotear al indudable triunfo de Antonio Guzmán y el Partido Revolucionario Dominicano, decidí irme del PLD, partido que contribuí a formar junto a otros 7 ciudadanos: el propio Bosch, Tonito Abreu Flores, José Joaquín Bidó Medina, Rafaelito Alburquerque Castro, José Francisco Almeyda Rancier, Manuel Ramón García Germán y el suscrito.

El PLD, con Norge Botello y Danilo Medina, accedió a la presidencia de los Diputados, designó como asesores a los miembros del Comité Central.

Ahí empezó a oler el germen de la corrupción y porqué la división del país entre peledeístas y corruptos. Ahora rasgan sus vestiduras y proclaman una honradez que saben que no han tenido en el uso y manejo de los fondos públicos, al contrario, han producido el peor sunami que ha sufrido la República.

Todos tenemos culpa de muchos de los problemas que afectan a la sociedad

En la Cámara de Diputados empezó el germen de la corrupción del PLD

Los miembros del Comité Central del partido pasaron a ser asesores