ALTAGRACIA PAULINO
Proconsumidor es el  organismo que tendrá a su cargo la aplicación de la ley de protección a los Derechos del Consumidor aprobada a unanimidad por la Cámara de Diputados el pasado día 15 de febrero y que espera ser refrendada por el Senado. La ley de protección a los Derechos del Consumidor es no solo un mandato de las Naciones Unidas, es un instrumento que la sociedad dominicana necesita como demandó en su momento la ley de Propiedad Industrial, de propiedad intelectual y otras que formaron parte del Código de Ordenamiento de Mercado que envió el Poder Ejecutivo en octubre del año 1998 al Congreso Nacional para su aprobación.

De ese código que creó una gran polémica porque creaba el Instituto de Ordenamiento del Mercado, que se conoció como el Inorme, fueron desagregadas las leyes que determinados sectores les interesaron, fueron aprobadas quedando la ley del Consumidor y la que regula la competencia en un limbo hasta que muchos nos interesamos porque esta sea una realidad y nos dedicamos a fondo hasta llevarla al lugar en que está hoy.

Debemos reconocer antes de seguir, el interés de los diputados, en especial del licenciado Pelegrín Castillo y del presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco quien asumió la introducción de la pieza que fue reelaborada como por décima vez por la Secretaría de Industria y Comercio en la gestión de doña Sonia Guzmán.

Esta ley busca cierta regulación del mercado justo en un momento donde el país se prepara para el TLC con Estados Unidos y cuando la mayoría de los países de Centroamérica han legislado para proteger a sus consumidores como condición previa a los Tratados de Libre Comercio.

Los organismos surgidos en estos procesos de cambios en el ordenamiento económico tienen una característica distinta a lo que han sido direcciones como la de Control de Precios y aunque son organismos de coerción, se dedican más a la parte persuasiva, de educación y de arbitrar las relaciones entre proveedores y consumidores.

En Chile, el Servicio Nacional de de Defensa al Consumidor, Sernac, es después de la iglesia católica el ente de más credibilidad según las encuestas de opinión. La gente es escuchada, se dirimen los conflictos, y con la seguridad de la garantía de la ley los ciudadanos sienten que están debidamente protegidos y estiman que no serán engañados por los proveedores de bienes y servicios.

En nuestro país donde impera una gran crisis de credibilidad el organismo que surja debe estar revestido de una ética que haga creíble su gestión. Abogábamos por un ente descentralizados con autonomía propia, pero todavía no se puede, pero si podemos soñar y al menos proponer que el PROCONSUMIDOR  sea un organismo modelo que reivindique a todos los defraudados por los legendarios y mal recordados inspectores de Control de Precios.

Que la gente que vayan a ocupar los puestos lo haga con sentido patriótico, con la vocación de servir, no de servirse, y que generen un respeto tal que nadie se atreva al soborno ni al engaño.

Ese organismo debe estar dotado de todos los mecanismos que le permitan hacer un buen trabajo tanto en el aspecto técnico como de servicio a una población ávida de información sobre sus derechos.