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A la Reunión Internacional de Reflexión sobre los Nuevos Roles de la Educación Superior a Nivel Mundial promovida y celebrada por la UNESCO en Caracas, Venezuela, en mayo del 1991, asistió una nutrida delegación dominicana integrada por rectores y dirigentes universitarios. Quien esto escribe tuvo la oportunidad de estar presente en tan importante evento. Dicha actividad formó parte de todo un proceso de reflexión que sobre la educación superior lanzara la UNESCO, compuesto por diversas reuniones y conferencias internacionales sobre temas de gran relevancia y prioridad estratégica. En ese gran encuentro, se plantearon cuestiones de extrema importancia tales como la reunión de voluntades; la expresión global de sentimientos y anhelos de cara a los pueblos de todo el mundo; la explicitación de los escenarios futuros que de forma colectiva y solidaria deberían continuar moldeándose; y otras de tanto interés y utilidad como las mencionadas. En dicho evento se puso de manifiesto los factores que más han contribuido para que la ciencia y la tecnología hayan alcanzado un lugar destacado en todos los países del mundo industrializado. Entre éstos, se mencionaron los acelerados cambios en la economía internacional; la acumulación de conocimientos y la asombrosa disponibilidad de tecnologías y de procesos tecnológicos que se observan en países industrializados; los avances en la información y comunicación; la aparición de nuevos conceptos como el de “calidad total” que presentan serios desafíos a la gestión y a la productividad en gobiernos, empresas e instituciones; la aplicación amplia de nociones de eficiencia y eficacia en casi todos los recursos disponibles para hacer frente a innumerables necesidades y problemas de orden económico y social; la progresiva desaparición del potencial de recursos naturales sobre el cual se forjó la sociedad moderna; y los fenómenos de globalización e interdependencia que demandan decisiones audaces y precisos e ingentes esfuerzos de reflexión sobre los nuevos procesos y mecanismos que deberán sustentar las relaciones internacionales de ayuda y cooperación. Todos, plantean a la comunidad académica latinoamericana “retos de trascendencia en la búsqueda de elementos que permitan llegar a una dinámica concertación entre los distintos actores de la sociedad y consensos globales sobre el futuro que guiará el desarrollo de la ciencia y la tecnología”.
En la Reunión de Caracas se puso muy de manifiesto que en el plano internacional el acceso a la ciencia y la tecnología implica el comprender cabalmente ciertos aspectos básicos. Y que de poco o de nada serviría la información si su impacto es limitado, tanto en el mundo productivo como el de la academia. Es que la velocidad de los cambios y de crecimiento constante en el dominio tecnológico que se registran en una gran parte del mundo obligan a los países en desarrollo a encarar el reto de abordar, en niveles de excelencia comparable, aquellas áreas o campos considerados los más estratégicos para futuro desempeño en el campo internacional.
Según cifras oficiales, el crecimiento de la matrícula en la educación superior en la República Dominicana refleja una tendencia de notable expansión cuantitativa, pasando de mil, 900 estudiantes, en 1950, a 3 mil 729 en 1960, a 322 mil 311 en el año 2005 a 372 mil 433 en el año 2009, y a 442 mil 153 en el año 2011. Vale la pena preguntarse si ese extraordinario crecimiento de la matrícula de la educación superior, nos ha favorecido o, por el contrario, nos ha perjudicado. Nos adelantamos en responder que, debido a una falta de adecuación entre las demandas que surgen de los estudiantes de universidades superpobladas como la UASD y las prestaciones existente, no se hemos podido evitar que dicho aumento poblacional haya provocado, y siga provocando, graves problemas que afectan al buen desenvolvimiento de las labores de dichas instituciones.