El perverso tiro de gracia

<P>El perverso tiro de gracia</P>

En los últimos cuatro años la historia se repitió. Cual si se tratase de una mala telenovela en la que el final es tan previsible que molesta, los vencidos y vencedores siempre han sido los mismos.

En este caso, sin embargo, los que han perdido son los buenos y no los malos. Los antagonistas, esos que se visten de bondad para engañar, han sabido cómo imponer su voluntad.

Al hacerlo, y violar una ley cuyo nombre ya cambió, nos obligan a pensar en que jamás tendremos un gobierno que realmente se preocupe por el destino de la Nación. Y es que, con una irrisoria inversión en educación, ¿cómo vamos a lograr que este país pueda soñar con el desarrollo, la competitividad y la modernidad con la que “sueña” el presidente Fernández?

Si hasta ahora tuvimos a una Alejandrina Germán que rabiaba hasta el final para conseguir un presupuesto lo más alto posible para Educación, ahora tenemos a un Melanio Paredes que le acomoda la situación al Presidente para que haga todo lo contrario. Diciendo que aún no puede recibir el 4% del PIB porque no tiene programación para utilizar los recursos eficazmente, le está dando un año para no invertir ese dinero jamás. Y es que durante ese tiempo es de esperar que los legisladores peledeístas, que son la mayoría, aprueben una nueva Constitución que le quitaría al Presidente la obligación de invertir un X por ciento del PIB en los diversos sectores.

Con todo esto, aunque suene perverso, se le estaría dando el tiro de gracia a la educación dominicana. ¿Vamos a permitir que eso suceda? De hacerlo, seríamos tan culpables como ellos.

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