El petróleo amenaza recuperación
económica

El petróleo amenaza recuperación <BR>económica

POR RAMÓN NÚÑEZ RAMÍREZ
Un conjunto de factores coyunturales han elevado los precios nominales del petróleo a cuotas históricas que amenazan la recuperación económica mundial y a colocar en graves dificultades las balanzas de pagos de los países no productores y de naciones como la nuestra que atraviesa una grave crisis financiera y una energética al margen del alza petrolera.

El petróleo representa en la actualidad el 40% del consumo total de energía en el mundo. Independiente de las innovaciones aportadas al sistema de producción, el petróleo seguirá siendo durante los próximos 30 años la primera fuente de energía primaria. Luego de ese período los expertos estiman debería ser reemplazado, tras el agotamiento de las reservas por el gas natural, cuyos yacimientos permitirán al mundo Arabe y al Asia Central una importancia estratégica. También los expertos coinciden en apuntar un crecimiento de la demanda mundial de un 50% en los próximos 20 años. El crecimiento de la demanda asiática será decisiva pues en la actualidad representa el 30% del consumo total y pasara a ocupar el 60%, mientras que la entrada de China al selecto grupo de naciones industrializadas acentuará la explotación intensiva del crudo con todas las repercusiones medioambientales y financieras.

En los últimos 25 años los precios del petróleo han sido altamente volátiles y en el futuro uno puede esperar comportamientos similares relacionados con circunstancias económicas o políticas. De hecho el detonante para el alza de los precios del petróleo en el 2003 fueron el golpe de estado y la inestabilidad política en Venezuela, los conflictos internos en Nigeria y las incertidumbres derivadas de la intervención militar de los EU y aliados en Irak. La presente escalada se debe algunos de esos factores, Venezuela e Irak, así como las dificultades en el gigante petrolero Ruso Yukos, el aumento de la demanda mundial, y la disminución de los inventarios.

En el año 2003 todos los países productores extrajeron en promedio 79.2 millones de barriles diarios, de los cuales el 38% correspondió a los países de la OPEP, 27% de los países miembros de la OECD, siendo el mayor productor mundial Rusia con 10.3 millones de barriles diarios y Arabia Saudita, miembro de la OPEP, con 8.5 millones, seguido por los EU que con una producción diaria de 7.9 millones requirió de importaciones por un promedio de 10 millones de barriles diarios par satisfacer la demanda interna. La demanda mundial seguirá en aumento (EU consumirá 28.8 barriles en el 2025) China crecerá a un ritmo de 5.3%, América Latina 2.3% y para el 2025 los expertos estiman el consumo mundial será en promedio 121 millones de barriles diarios.

El futuro de los precios dependerá en primera medida de la posibilidad de la OPEP  responder por lo menos con el 40% del aumento de la demanda (los países de la OPEP presentan el menor costo de producción y explotación) y también de la capacidad de los otros productores, el descubrimiento de nuevas reservas y por supuesto los avances tecnológicos, por ejemplo en los automóviles, que reduzcan la dependencia del crudo.

Los pronósticos acerca del comportamiento de los precios varían, desde los que estiman podrían moverse en una franja entre los 50-60 dólares el barril en los próximos meses, hasta los que pronostican el alza se detendrá en el 2005 y caerían los precios  a niveles de 30 dólares el barril. A más largo plazo instituciones como Energy Information Administration (organismo estadístico gubernamental en los EU) considerada dos escenarios. En el pesimista, los precios crecerán hasta llegar en el 2025 a US$35 el barril a precios del 2002 (en términos nominales US$66 el barril) mientras en el escenario más optimista el barril costaría en el 2025 US$17 (US$32 en términos nominales).

Para la República Dominicana, inmensa en la peor crisis económica en toda su historia, estos precios del petróleo podrían retrasar la recuperación, provocar problemas de balanza de pagos o simplemente obligarnos a establecer racionamientos en el uso de los combustibles. El pasado año, con precios promedio de US$30 el barril, la factura petrolera del país fue de US$1,428.8, para el primer trimestre de este año, a pesar del aumento en los precios, la factura se redujo en 22%, sin embargo, es de esperar que el aumento de la generación eléctrica y una cierta reactivación de ciertos sectores podrían disparar el gasto petrolero para este año a una cifra superior a los US$2,300 millones.

Nada podemos hacer frente a la fluctuación de los precios del petróleo, pero las perspectivas de precios elevados para los próximos años obligan a esta sociedad a trazar una estrategia de largo plazo para reducir la dependencia frente al petróleo. Por un lado la reforma del sector eléctrico debe premiar la eficiencia y la competitividad para la conversión de las plantas existentes y las próximas a instalar a utilizar gas natural y carbón, mientras, desde el gobierno, deberá retomarse un plan maestro de desarrollo de los recursos hidroeléctricos y de otras fuentes alternativas como la eólica y la solar.

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