POR RICARDO RODRIGUEZ R.
SAN JOSE DE LAS MATAS.- Gracias al trabajo que ha realizado el Plan Sierra en sus casi 30 años de funcionamiento, los incendios forestales en esta escarpada zona ya son cosa del pasado y ha crecido vertiginosamente su cobertura boscosa.

Esta entidad, formada por el presidente Antonio Guzmán en 1979 y que cuatro años después se constituyó en organización no gubernamental, ha cambiado por completo la cultura de los serranos, de dedicarse a la tala de árboles de manera indiscriminada, que luego convertían en carbón. Ahora, 28 años después, los señores Arturo Grullón, presidente de la Junta de Directores y Simeón Abréu, director ejecutivo de la entidad, enarbolan con satisfacción los resultados obtenidos.

Ellos han estado ligados al Plan Sierra prácticamente por todo ese tiempo y hoy muestran el orgullo de haber sido co-partícipes de ese cambio de cultura de los serranos.

Recuerdan que en 1979, cuando comenzó a operar la entidad, en la zona serrana apenas había una cobertura boscosa de un 22 por ciento, proporción que hoy se sitúa en un 41 por ciento y todo porque el campesino dejó de ser un conuquero (que tumba y quema árboles) para ser un productor de bosques.

La realidad que se vivía en aquellos tiempos no era para menos, pues en los años 70 eran comunes los incendios forestales por todos los ámbitos de la sierra. Pero ya no hay fuegos, porque los agricultores han dejado eso y se dedican al cultivo de sus predios, integrados en organizaciones de productores que funcionan con criterios empresariales, expresan Grullón y Abréu.

Entre las entidades que agrupan a los hombres del campo de este lugar están el Proyecto La Celestina y la Asociación San Ramón, así como la Cooperativa Forestal Dominicana, que han creado una cultura diferente en la mentalidad de los campesinos locales, hasta el extremo de convertirlos en prósperos ganaderos.

No han faltado las ocasiones en que la política partidista ha pretendido malear el proyecto, con el intento de que algunos cuadros políticos incidan significativamente en las decisiones de la entidad.

Si embargo, y aunque en algunos momentos se ha logrado salpicar políticamente al Plan Sierra, en sentido general se ha podido trabajar marginando lo que Abréu tipifica como clientelismo político, de lo que han logrado liberarla.

Los principales ejecutivos del Plan Sierra están conscientes de que para continuar logrando el desarrollo integral de la zona, hay que seguir trabajando en la educación de sus habitantes y la reforestación, especialmente en las riberas de ríos y arroyos.

De ahí que en estos momentos se esté desarrollando una campaña de siembra de mil tareas en el cerro Angola, que compró el empresario Manuel Arsenio Ureña y que luego donó al Plan Sierra para su reforestación, a fin de garantizar que de allí siga fluyendo el agua que suple a cinco pequeños acueductos de igual cantidad de comunidades serranas.

A nivel general, los actuales incumbentes de dicho proyecto se han propuesto en los próximos 10 años reforestar 150 mil tareas, cuyas maderas habrán de ser industrializadas por artesanos del lugar, diestros en la confección de puertas y muebles, a fin de que ese valor agregado se quede en la sierra y así reducir el porcentaje que vive por debajo de los niveles de pobreza extrema.

Como parte de esos preparativos, el Plan Sierra inauguró ayer sus nuevas instalaciones administrativas, ubicadas en este municipio, a un costo que sobrepasa los seis millones de pesos.

Desde ese lugar, el señor Grullón está seguro que se tendrán mejores motivos para seguir trabajando con el máximo entusiasmo en nuestra misión de propiciar el manejo sostenible de los recursos de agua, suelo, bosque y biodiversidad.

Así, el Plan Sierra seguirá cumpliendo con su función estratégica nacional, de producir agua limpia para consumo humano, generación de energía y riego, así como otros beneficios ambientales y, principalmente, en armonía y provecho de los serranos y de todos los dominicanos, dijo Grullón en la ceremonia de inauguración de la obra, que fue bendecida por el padre Reyes Suárez, de la parroquia de aquí.