El plazo para acordar pacto para reforma fiscal no parece razonable

El plazo para acordar pacto para reforma fiscal no parece razonable

Las aspiraciones del nuevo Presidente de la República y su Equipo Técnico de que en los próximos 45 días los diferentes sectores económicos y sociales cierren las negociaciones para la firma de uno de los tres pactos propuestos en la campaña electoral por el entonces candidato presidencial Danilo Medina, y que fue ratificado en su discurso de toma de posesión, no parecen ser razonables a la luz de la diversidad de temas y aspectos que implicaría dicho acuerdo.

La manifiesta voluntad del nuevo gobierno inaugurado el pasado 16 de agosto, de consensuar la concertación de un gran acuerdo nacional sobre las prioridades de las políticas  públicas y las alternativas de financiamiento para su ejecución, parece mostrar la buena intención de tomar en cuenta a la sociedad para la implementación de los planes del joven gobierno. Esto adquiere mayor relevancia si se toma en cuenta la ventajosa posición que tiene el partido de gobierno en el Congreso Nacional. Sin embargo, considero que pretender hacerlo en 45 días, posiblemente debido a la complicada situación presupuestaria heredada, en lugar de beneficiar, podría perjudicar las nobles aspiraciones del presidente y su equipo de gobierno.

El presidente Medina ha expresado también su decisión de tomar como guía orientadora de su accionar en el gobierno, lo planteado en la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo (END), lo cual considero igualmente loable. No obstante, una revisión de los temas que plantea y que aconseja la referida Ley, sobre el Pacto Fiscal, parece aconsejar que el proceso para su concertación deba ser llevado con mucha prudencia, sin festinarlo, para que cumpla su cometido de sentar las bases para que en el mediano y largo plazos, neutralicemos los riesgos de incumplimiento e insostenibilidad fiscal del Estado.

Si se abordan los múltiples aspectos previstos en la Estrategia Nacional de Desarrollo, para dicha reforma, se requerirían al menos seis meses para consensuar con los diferentes sectores.

Para fundamentar lo que estoy planteando, me permito transcribir lo que manda el artículo 36 de la Ley Orgánica de Estrategia Nacional de Desarrollo, sobre el Pacto Fiscal: 

“Artículo 36. Reforma Fiscal.- Se consigna la necesidad de que las fuerzas políticas, económicas y sociales arriben a un pacto fiscal orientado a financiar el desarrollo sostenible y garantizar la sostenibilidad fiscal a largo plazo, mediante el apoyo sostenido a un proceso de restructuración fiscal integral y el marco de una ley de responsabilidad fiscal que establezca normas y penalidades para garantizar su cumplimiento.

Párrafo: El pacto fiscal implicará que en un plazo no mayor de 3 (tres) años, se habrá iniciado un proceso orientado a: i) reducir la evasión fiscal, ii) elevar la calidad, eficiencia y transparencia del gasto público, iii) elevar la eficiencia, transparencia y equidad de la estructura tributaria, iv) consolidar en el Código Tributario los regímenes de incentivos, v) racionalizar los esquemas tarifarios en la provisión de servicios públicos, vi) elevar la presión tributaria, para viabilizar el logro de los objetivos de desarrollo sostenible formulados en esta Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, vii) cumplir con los compromisos asumidos en los acuerdos comerciales que tienen implicaciones fiscales, y viii) elevar el ahorro corriente e implementar políticas contracíclicas.”

En los próximos 30 días el Gobierno debía presentar al país un plan de reordenamiento presupuestario y disciplina fiscal, como señal y compromiso de un nuevo rumbo en la gestión de las finanzas públicas y del presupuesto. 

Como se puede ver las dimensiones que deberá abordar el Pacto Fiscal para una reforma integral de los aspectos financiero del Estado, incluyendo una ley de responsabilidad fiscal, si lo vamos a hacer bien,  como debe ser, no es posible en solo 45 días. Entiendo que lo sensato es que el nuevo gobierno transparente el estado actual de las finanzas públicas y presente un plan real y creíble de restablecimiento de la disciplina fiscal  y presupuestaria como precondición para que los diferentes sectores se comprometan con la ejecución del hermoso plan de gobierno esbozado en su discurso de toma de posesión por el presidente Medina. Manos a la obra. 

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