El PLD en proceso de contaminación

El PLD en proceso de contaminación

POR JUAN BOLÍVAR DÍAZ
Las graves denuncias de irregularidades, brotes de violencia en por lo menos tres jurisdicciones, limitado número de dirigentes nacionales electos en la primera ronda y dificultades en el proceso de cómputos para elegir dirigentes dentro de su congreso nacional, han empañado la imagen del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Particularmente graves han sido las denuncias formuladas por 9 diputados, posteriormente respaldadas por otros 5, que abarcan desde alteraciones del padrón electoral y de actas de votación y documentos, hasta abuso de recursos estatales, robo de urnas y agresiones físicas.

Para algunos observadores lo que estas denuncias han evidenciado es que el partido morado no ha pasado la prueba del poder y que tiende a reproducir los vicios que han deteriorado la imagen de los otros partidos de la competencia electoral dominicana, sembrando mayores incertidumbres sobre el sistema político nacional.

Proceso complicado

Igual que los partidos Revolucionario Dominicano y revolucionario Social Cristiano, el PLD se involucró en un complicado proceso para elegir sus dirigentes a nivel nacional, con voto directo y secreto de todos sus militantes, en un esfuerzo por alcanzar las más altas expresiones de la democracia.

En todos los casos los cómputos han resultado extremadamente complejos y lentos, prestándose para especulaciones y denuncias de todo género. Pero contrario a lo que se esperaba los mayores traumas parece que se han registrado en los ámbitos, otrora impolutos, del partido morado.

Por cierto que las dificultades para culminar los cómputos sirven para avalar las advertencias que se hicieron a la ley de Primarias de los partidos, declarada inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia, por la imposibilidad de que la Junta Central Electoral pudiera celebrar votaciones en una misma jornada para elegir los candidatos de todos los partidos a los diversos cargos en las elecciones congresionales y municipales. Sería una labor muchas veces más compleja, que al estar centralizada, multiplicaría en número infinito las dos semanas que se ha llevado el PLD en computar sus propios votos, o las tres que tomó al PRD.

Las dificultades han sido tantas que los tres partidos tuvieron que aplazar el inicio de sus procesos electivos internos, debido a complicaciones logísticas, especialmente relacionadas con el padrón de militantes.

Contrario a lo que había sido la pauta en sus 32 años de existencia, el PLD confrontó polémicas y denuncias de manipulaciones del padrón desde antes de iniciar su Séptimo Congreso. La tradición y los estatutos indican que las diferencias se debaten en el interior de sus organismos, pero esta vez la cuantía de las mismas los han desbordado.

En términos estatutarios, el PLD dio marcha atrás en dos asuntos fundamentales, en relación a la apertura que había marcado su anterior congreso, celebrado tras la derrota electoral del 2000: restituyó al Comité Central la facultad de presentar precandidatos presidenciales, y redujo el derecho a elegir y ser elegido a los militantes, creando una subcategoría de simples miembros.

Las mayores dificultades

Cuando concluyó la primera fase del Congreso, que modificó los estatutos y aprobó nueva declaración de principios, los mayores críticos, encabezados por el polémico Luis Incháusti, acataron los resultados, con lo que se creyó se habían rebasado las dificultades.

Sin embargo, los problemas más graves surgieron con la votación y el proceso de cómputo, especialmente durante las dos semanas que éste ha tardado. Con el agravante de que apenas 4 de los 100 miembros del Comité Central correspondientes al nivel nacional, pasaron la meta del 33 por ciento de los sufragios necesarios para ser electos, por lo que ya se ha convocado una segunda ronda para el próximo domingo 24.

Las más graves denuncias, que involucran violencia y hasta heridos de bala, se refieren a la votación en San Cristóbal, Villa Altagracia y Elías Piña. En lo referente a las dos primeras jurisdicciones, la Comisión Electoral reconoció las irregularidades. Anuló los resultados del municipio de San Cristóbal donde dispuso nueva votación para el 24 de julio, y decidió dejar fuera del Comité Central a los de Villa Altagracia, donde la violencia impidió la votación el 3 de julio.

Otros lugares donde el proceso eleccionario ha resultado traumático son San Pedro de Macorís, San Francisco de Macorís, Dajabón, Montecristi, Matanzas, y en las seccionales estadunidenses de Nueva Cork, Miami y Boston.

El rosario de irregularidades denunciadas en esas y otras jurisdicciones peledeístas son recogidas en una carta dirigida al presidente del partido y a la Comisión Organizadora del congreso, suscrita por los diputados Minou Tavárez Mirabal, Clodomiro Chávez, Teodoro Reyes, Quisqueya Lantigua, Manuel Jiménez, Yuderka de la Rosa, Franklin Peña, Rubén Maldonado y Andrés Acosta, figuras reputadas del PLD.

Posteriormente los también diputados Manuel Díaz, Radhamés Vásquez, Idelfonso Vásquez, Roberto Berroa y Lidio Cadet, avalaron las denuncias, aunque difirieron del hecho de que se ventile públicamente, según reportaje de Rosa Alcántara y Loyda Peña para HOY.

La carta recoge prácticamente todas las prácticas fraudulentas denunciadas en el pasado electoral dominicano, comenzando por la utilización de recursos del Estado, como vehículos, repartición de cheques y cargos públicos, alteraciones del padrón electoral, compra de votos, violación del secreto del sufragio, robo de urnas, alteración de actas y doble voto.

Citan el caso de Guayabal, Azua, «donde la Comisión Electoral Provincial envió 633 boletas para un padrón de inscritos de 930, aparecieron 1,234 votos emitidos y sobraron boletas».

Reconocidos dirigentes como Franklin Almeida y el exvicepresidente Jaime David Fernández también han denunciado graves anomalías. El primero sostuvo que «el dinero ha corrido a borbotones» por parte de candidatos que son funcionarios del gobierno. El segundo denunció alteración de actas y otras anomalías, llegando a sostener que «no hubo, de ninguna manera, transparencia en el proceso». Dijo que el proceso ha sido «traumático, doloso, cuestionado, sin transparencia».

No somos diferentes

La decepción por las denuncias es tan fuerte que han llevado a un dirigente tan pulcro como Melanio Paredes, vocero de la Comisión Electoral, a aceptar que «no somos diferentes a los demás partidos, porque somos una representación de la sociedad dominicana». Sin embargo, advierte que «en lo que intentamos ser diferentes es que en el PLD quien la hace la paga», por lo que aseguró que cuando concluya el proceso tramitarán al Tribunal Nacional de Disciplina y Etica a los responsables individuales de los hechos.

Las denuncias de irregularidades fueron consideradas en la reunión del martes del Comité Político, el cual dio facultad a la Comisión Electoral «para sancionar a los responsables de uso de recursos del Estado para conseguir votos o que hayan cometido cualquier irregularidad, siempre que los que hagan la denuncia presenten las pruebas irrefutables», reveló Paredes.

Fuentes vinculadas a los denunciantes indican que están reuniendo pruebas para presentarlas a los organismos correspondientes. El diputado Andrés Acosta, presidente del comité provincial de San Francisco de Macorís, sostiene que en busca de votos se repartieron fundas con alimentos y bebidas, tarjetas del programa «Solidaridad» y nombramientos en la administración pública. Afirma que en la oficina regional de la secretaría de Agricultura nombraron improvisadamente a 560 personas.

Como ocurre frecuentemente es posible que algunas de las denuncias sean exageradas, y estuvieran referidas a pocos casos, pero sin duda han sido suficientes para manchar el Congreso peledeísta.

La situación, dijo un dirigente, precisa de urgentes correctivos y sanciones, de cara a la segunda vuelta convocada para el domingo 24. Se teme que al ser definitiva la nueva votación implique mayor número de irregularidades que si bien no pondrán al PLD en crisis, lo dejarían demasiado sumido en cuestionamientos y cada vez más distante de la organización que creó el profesor Juan Bosch, tras abandonar al PRD en 1973.

¿Quiénes son responsables?

Llama la atención que en la mayoría de los casos los denunciantes no hayan responsabilizado de las irregularidades a un grupo o sector ni a personas específicas, lo que puede significar que han sido aisladas, fruto de arrebatos individuales, o que se teme llegar a la confrontación interna.

La mayoría de los denunciantes parecen proceder de los sectores no adscritos a las maquinarias dominantes del PLD, constituidas por los seguidores del presidente Fernández y del poderoso secretario de la Presidencia Danilo Medina. Resaltan el doctor Fernández Mirabal y Minou Tavárez Mirabal.

En cualquier caso, la dirigencia del PLD tiene el desafío de esclarecer los resultados de su proceso eleccionario para mantener la diferenciación que ha caracterizado a esa organización.

Los 9 diputados que firmaron la carta de denuncia se adelantaron a advertir que los responsables no son los nuevos militantes, ni la masificación del partido. Sostuvieron que «fueron dirigentes de larga militancia quienes protagonizaron pleitos, agresiones físicas y desordenes» y los que «falsificaron documentos o alteraron actas».

Definitivamente esos ingredientes en el PLD en el gobierno no eran deseables, sobre todo cuando hay tantos cuestionamientos al sistema partidario dominicano, y tanto pesimismo por la proliferación de la corrupción en todas sus manifestaciones y de la impunidad.-

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