El PLD: entre el león y la vulpeja

El PLD: entre el león y la vulpeja

SALVADOR BRETÓN HOLGUÍN
La reelección, el impacto de ésta en la sociedad dominicana, la crisis política a lo interno del PLD, partido oficialista, el nivel del tono, con matices estridentes; al momento de plantearse las posiciones, hacen cada vez más complejo este escenario político.

En los medios de comunicación se realizan diversos enfoques, valoraciones de todo tipo, y algunos “análisis que se autodefinen de coyunturales”. En las calles los comentarios son interminables al respecto. Otros opinan que por la forma como se han manejados las contradicciones; sean éstas primarias o secundarias, subjetivas u objetivas, no habrá acuerdo posible entre las partes encontradas. Leonel Vs. Danilo, la reelección y el anticontinuismo. Sectores más sectarios y oscuros juegan y apuestan a una fragmentación meteórica de esa organización política.

Ante la potencial agudización de esa crisis en el PLD, partido que junto a otros tantos buenos dominicanos, nos entregamos de cuerpo y alma en su proceso de fundación, desarrollo y consolidación, y la amenaza inminente de una letal ruptura recurriré a una obra clásica de la literatura tomando la esencia de uno de sus exquisitos ensayos para, como Diógenes con su lámpara, iluminar el camino de una necesaria reflexión por el bien del país y la nación.

Don José Martínez Ruiz, conocido más bien como Azorín, escribió la célebre obra El Político; estructuradas por múltiples ensayos cortos donde recoge sus experiencias personales así como el pensamiento político y filosófico de su época. (1873-1967). En esta excelente publicación de “El Político” encontramos un pequeño cuento titulado: “El León y La Vulpeja”. De éste expondremos algunos fragmentos que nos permitirán identificar y adecuar la conducta política de los actores principales que en la actualidad se disputan la nominación presidencial en el PLD. Prefiero que sean nuestros lectores, y no yo, quienes ubiquen y tipifiquen con su aguda inteligencia y percepción quién es uno y quién puede ser el otro en ese riesgoso duelo político que expone la salud y vida de esa institución política.

El león y la vulpeja son dos animales famosos en la historia de la política. Cicerón, en su obra “De los oficios, Libro I”, dice… “de dos modos se puede hacer injuria (daños…): O con la fuerza, o con el engaño, la fuerza parece propia del León y el engaño de la Vulpeja”…

En ese sentido, mucho antes que el orador romano Cicerón, Plutarco decía en sus “Vidas Paralelas”, al relatar las gestas de Lisandro, que una de las máximas preferidas que éste glorioso general repetía era: “Lo que no se puede conseguir con la piel del León, debe alcanzarse con la de la Vulpeja”…

El león representa la fortaleza: la vulpeja simboliza la astucia. El león es fuerte, grande, magnifico: La vulpeja es débil, ligera, discreta…

Nicolás Maquiavelo, filósofo y pensador mal interpretado y denostado por algunos y admirados por otros, quiere que el político sea como el león, y sea a la vez como la vulpeja. Este luchador por la libertad de su patria; escribió su famosa obra: IL PRINCIPE. Donde sentencia; “El político ha de ser fuerte y hábil”. Esta en su doctrina.

El león y la vulpeja le dan un ejemplo exacto para reafirmar y resaltar sus ideas. Dice…”es necesario ser Vulpeja para conocer los lazos, y ser León para espantar los Lobos”. Cuando no pueda uno vestirse la piel de León, vístase de la Vulpeja. Lo que no puede facilitar la violencia, facilite la maña.

Huyamos de los extremos. No consideremos al león usador arbitrario de su fuerza. No tengamos a la vulpeja como tramadora de engaños. El león puede enseñar al político la fortaleza noble: La vulpeja puede adiestrarse en la habilidad de la astucia y la discreción.

Aunque no soy partidario de ese pragmatismo salvaje que todo lo justifica a favor de la rapiña egoísta, ni comparto todos los conceptos y juicios de Maquiavelo a plenitud, citado por Azorín, dejo bajo la responsabilidad histórica a la cúpula y a la base peledeístas esta moraleja: La crisis interna del PLD se puede canalizar y superar con una sincera, oportuna e inteligente simbiosis de león y la vulpeja; lo cual permitiría cerrar el circo o corral electoral herméticamente para que no se le cuelen otras especies exóticas, depredadoras y malignas que hacen vida carroñera en la fauna política criolla; poniendo en peligro la salud de la patria.

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