Es una realidad insoslayable que desde el 15 de diciembre de 1973 hasta la fecha el Partido de la Liberación Dominicana, es la organización política de mayor gravitación e importancia en el seno del pueblo dominicano; así como en las élites del poder en términos generales. Fruto de ello, la misma ha logrado hacer un eclecticismo sociopolítico llevando su ideología del Social Liberalismo junto al pragmatismo electoral contemporáneo. Y, con una clara proclividad hacia la vocación de poder mediante la articulación y ejecución del concepto denominado: Diversidad de criterios con un objetivo en común.
Con la salida del escenario político del líder más atiborrado e insignia moral de nuestra era, el maestro y guía Juan Bosch en 1996 y, con la ascensión al poder del Dr. Leonel Fernández, el PLD entendió que las reformas sociales ya no dependían de las teorías y doctrinas de Marx y Engels, y que los tiempos modernos demandaban otras cosas. Es a partir de ese momento donde comienza un proceso de institucionalización y reformas del todo el sistema económico, político, judicial y social. Esos antiquísimos sistemas estaban matizados por los buscones, tributarios, amiguismos y los privilegios de personalidades. Y, además; la integración y participación de República Dominicana en los organismos internacionales en esta era de la globalización.
El PLD y su Paradoja Conceptual.
Su verticalización institucional junto a una cosmovisión electoral es la que ha convertido al PLD, en la maquinaria colegiada más exitosa de toda Latinoamérica; solo superada quizás por el otrora poderoso PRI de México y, en la organización más hegemónica y homogénea del espectro sociopolítico dominicano. Es esa fisonomía la que ha ayudado al PLD a conseguir el triunfo en 6 elecciones de forma seguida con más del 50% de la preferencia de los electores, queriendo significar de manera irrefutable que probablemente el pueblo le ha otorgado a esa organización política; más poder del que ellos mismos imaginaron.
Paradójicamente, es ese mismo poder político legitimado por el pueblo, el que ha contribuido a que el PLD haya sufrido una transformación sistemática y tripartita que pueden definirse como: el partidismo fundamentado en la visión de Juan Bosch y la ideología partidaria, las corrientes o grupismos amparados bajo las sombrillas de varios liderazgos endógenos y exógenos y, por último; el individualismo expresado en las bases y en una parte considerable de su cúpula. Todas estas transformaciones al margen de sus triunfos electorales, son las que tienen compelido al PLD más rápido que tarde a realizar una reingeniería y profilaxis interna, externa, política e ideológica.
Los Retos y Desafíos del PLD.
Si bien es cierto que el Partido de la Liberación Dominicana puede considerarse como el padre de la república moderna que conocemos hoy día; no menos cierto es, que también el mismo ya debe sentarse a definir que va hacer con todo ese poder que el pueblo le ha otorgado en los últimos 20 años. En tal sentido, el PLD tiene el desafío indefectible de construir un verdadero e inmutable Estado Social y Democrático de Derechos, pues hay que estar muy claros en que una cosa es gobiernos exitosos y otra muy diferente; la construcción de un Estado donde prime la seguridad ciudadana y jurídica, una real separación de los poderes, la erradicación definitiva de las estadísticas negativas en el índice de desarrollo humano y los privilegios sociales, etc.
Por consiguiente, esa “Gerontocracia” compuesta por 34 miembros cuyos éxitos políticos y electorales son incuestionables, ya que todo lo que el CP ha planificado y ejecutado en los últimos 20 años se ha convertido en triunfo y poder para el PLD. Empero, tienen por delante el reto más grande de todas sus vidas; que es convertir a República Dominicana en el orgullo de quienes residen fuera del país y en la referencia particular de aquellos que vivimos aquí. ¡Ese sería el éxito más grande del PLD! pues hay que estar muy consiente que, aunque duren gobernando en el país los mismos 71 años que duró el PRI en México, algún día el PLD saldrá del poder y la República Dominicana continuará.