Rosa Cañete, subcoordinadora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), consideró que la fragmentación del territorio dominicano en una cantidad excesiva de municipios impide que los ayuntamientos puedan asumir de forma autónoma los servicios de educación, salud y limpieza.
Sin embargo, destacó que ante las limitaciones de recursos materiales para enfrentar las demandas comunitarias, los ayuntamientos están creando mancomunidades regionales.
Ese es un mecanismo que se debe impulsar, pero también la interrelación entre esas entidades y las secretarías de Estado para que no se suplanten funciones entre uno y otro.
El sociólogo Ramón Tejada Holguín planteó, sobre el mismo aspecto, que uno de los mecanismos más positivos para la fortaleza de los cabildos es el presupuesto participativo.
Pero destacó que si se toman en cuenta las experiencias que se han tenido en ese sentido, se nota que el gran problema de la Ley del Distrito Nacional y Los Municipios (176-07) es que le da competencia a los ayuntamientos que no van a poder cumplir, y tampoco existe una normativa que permita acatarla.
En tal sentido, explicó que podría ocurrir que un cabildo determinado construya un clínica rural, pero posteriormente la secretaría de Salud Pública no le asigna los médicos ni las enfermeras.
La misma situación ocurre en educación, se construye la escuela, pero no hay profesores, ni pupitres, ni el material que requieren los estudiantes.
Las claves
El gasto en los cabildos
La Ley 176-07 establece que los ayuntamientos deben recibir el 10 por cieno de los ingresos del gobierno para cumplir con sus compromisos. Sin embargo, solamente reciben el 6.8 por ciento.
Una nómina alta
Miguel Ceara Hatton planteó que los ayuntamientos no cuentan con dinero suficiente para satisfacer las demandas de obras, pero gastan hasta un 30% en nómina.