El poder de las palabras de amor ayuda a consolidar  las relaciones día a día

El poder de las palabras de amor ayuda a consolidar  las relaciones día a día

EFE.  Reportajes. A veces el poder del habla es mayor que el de algunos actos. Cuando nos prometemos amor, el mundo se detiene. El vínculo que se crea con la palabra es uno de los más fuertes.

En danés se dice “Jeg elsker dig!”; en hawaiiano, “Aloha wau ia ‘oe!”; en japonés, “Kimi o ai shiteru!”, y en alemán, “Ich liebe dich!”. Otras formas de expresarlo son “Ti amo!” (italiano), “I love you!” (inglés), “Mi amas vin!” (esperanto), “Je t’aime!” (francés),  “S’ayapo!” (griego),  “Ya tyebya lyublyu!” (ruso) o “Seni seviyorum!” (turco). Todas son diferentes maneras de indicar un mismo sentimiento: el amor.

Curiosamente, a pesar de la apasionada verborrea de los enamorados, de la infinidad de poemas, obras literarias, piezas musicales y estudios científicos que se han escrito sobre el tema, y de la omnipresencia de este sentimiento en la vida y la comunicación cotidianas de las personas, “el amor, el enamoramiento, es un sentimiento que cuesta expresar en palabras”, señala la doctora en Ginecología, Obstetricia y Pediatría y profesora de Sexología, Carmen López Sosa.

La voz del enamorado: una caricia.  Según esta doctora, durante el enamoramiento la mirada del otro “te envuelve, te embriaga y te da calor, te cubre y te arropa. Perderse en el olor del amado es confort. Trae ensoñaciones, evoca el movimiento de los pliegues de una falda, una corbata, una mano. Es como estar en casa, es un refugio, es calma”.

Y además de besos, la boca del ser amado nos regala palabras de amor. “Su voz es una caricia. Cuando te llama, oír tu nombre en su boca es especial. ‘Paula’ ya no es sólo Paula. Ese imperceptible matiz te hace única, te individualiza, te llena de gozo el alma. Ese ‘Jaime’ es sólo de ella y él. Oímos tantas veces nuestro nombre que apenas recapacitamos en cómo suena, pero el amado lo hace tan dulce como la brisa”, señala. 

Precisamente, “una de las características de las etapas iniciales de toda relación son las largas conversaciones de los enamorados, que dejan de lado otras ocupaciones y aumentan sus facturas telefónicas”, señala la psicóloga Majendri Marqués.

Según esta experta, la denominada ‘verborrea amorosa’ es una expresión más del profundo estado de alteración de la mente y las emociones que produce el enamoramiento, comparado por algunos expertos con un la enajenación transitoria: “un estado emocional tan intenso que la persona se siente presa de un torbellino incontrolable y de la irresistible atracción por el otro”, comenta.

“Las palabras durante el enamoramiento, dichas desde el corazón y la emoción más que desde la razón y la reflexión, expresadas con pasión y dulzura por uno y escuchadas con avidez y deleite por el otro, adquieren un poder inusitado, porque son amplificadas por la exaltación de los sentidos y las percepciones, por la atención sostenida y, a menudo exclusiva, que se prestan mutuamente los enamorados”, señala Majendri.

Según la experta, “las promesas de amor eterno, de estar juntos para siempre, de no dejar al otro por nada ni por nadie, expresadas en un tiempo tan especial como  San Valentín, adquieren durante la etapa del enamoramiento la categoría de mandamiento religioso, de compromiso sagrado, casi de un pacto de sangre”. “Las promesas amorosas tienen una gran fuerza psicológica: son como el cemento mágico destinado a pegar los cuerpos y las almas”.

Después de la pasión

Comunicación

“Si se saben encauzar los sentimientos después del primer impacto visceral, se puede conseguir que el amor llegue a buen puerto y que se transforme en una relación más profunda y duradera”, explica la psicóloga Isabel Menéndez, psicoanalista y escritora. Para la experta, “la transformación de una pasión repentina en un amor duradero requiere profundos cambios internos. Mientras el que vive la pasión niega sus defectos y carencias, creyéndose indestructible, los protagonistas de un amor verdadero reconocen los puntos débiles del otro y los aceptan”.

Según Menéndez, “la pasión nos hace altivos, y el amor humildes. La primera es rápida y el segundo se consigue día a día”. Comunicarse de forma sincera y eficaz es uno de los ingredientes clave para consolidar la relación.

Sentimientos

“Si el enamoramiento es correspondido, llena la vida de color y le quita su paso amargo, hace captar las cosas con más gusto”.

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