En el entorno competitivo actual son muchos los factores que suelen poner en riesgo los activos tangibles e intangibles de las empresas, instituciones y marcas. Por ejemplo, uno de ellos consiste en ignorar la capacidad influenciadora y movilizadora que tienen las redes sociales.
Estas poderosísimas herramientas tecnológicas tienen el poder de influenciar la cantidad y calidad de las decisiones que toman los usuarios cautivos de las redes.
Los millones de mensajes que se elaboran y difunden a través de las redes sociales, inciden en el comportamiento individual y colectivo, en la forma de opinar y hasta en la manera de relacionarse de los distintos grupos humanos.

La capacidad y la viabilidad que caracterizan a las redes sociales para movilizar e influenciar a los grupos humanos, son reales, poderosas y efectivas.
En la coyuntura actual, todas las organizaciones, sin importar su naturaleza, tamaño, posicionamiento y participación de mercado, necesitan gestionar adecuadamente las redes sociales. Los hechos evidencian que las empresas, las instituciones, las marcas y las personas que suelen ignorar el poder de las redes, corren el riesgo de poner en peligro sus activos tangibles e intangibles.
Las redes sociales vinieron para quedarse. Entre los factores positivos de éstas se destacan los siguientes: conectividad a nivel global, grupos virtuales, mensajería instantánea, intercambio de habilidades, proyectar y posicionar cualquier tipo de negocio, visibilizar la transparencia, democratización del uso y la participación de los ciudadanos en los medios de comunicación e información, facilita y potencia el activismo ciudadano, comunicación instantánea, oportunidades laborales, facilidad para la denuncia social, aumentar la visibilidad, mejorar la reputación en línea, analizar las competencias blandas de las personas, entre otros.
Sin duda, el poder influenciador que ejercen las redes sociales incide en el comportamiento, desarrollo, productividad y competitividad de las organizaciones.
En este orden, lo más recomendable e inteligente sería aprovechar los beneficios que se derivan de ellas. Posiblemente por ignorancia o simple reducción de costos, muchos directivos, ejecutivos y gerentes de empresas, instituciones y marcas, no dan la importancia que tiene en estos tiempos poseer una estructura física y humana capaz de gestionar todo lo relativo al social media.