El poder de los alimentos integrales

El poder de los alimentos integrales

Los alimentos integrales son aquellos que se encuentran en su estado original antes de ser sometidos a cualquier proceso de refinación (congelación, deshidratación, extracción, envasado)… que disminuye en gran parte su valor nutritivo. Su nombre lo reciben por su estado pre-refinado.

Estas características le permiten contener más cantidad de nutrientes, vitaminas, minerales, enzimas, aminoácidos e hidratos de carbono complejos, que los alimentos refinados, entre los cuales podemos encontrar la harina, pan blanco, cereales refinados, azúcar blanca, pastas, etc.; los cuales presentan menor valor nutritivo.

Así lo explica la nutrióloga clínica del Grupo Médico Naco, Aleida Hilario.

La doctora señala que sus múltiples cualidades los convierten en alimentos muy saludables para el organismo, pero no deben consumirse indiscriminadamente, ya que algunos de ellos pueden llegar a contener más kilocalorías que algunos alimentos refinados.

“Un alimento integral en su mayoría produce rápidamente saciedad y no facilita la acumulación de grasa en los tejidos. La presencia de integrales en nuestra dieta diaria, contribuye a la disminución de grasa corporal sobretodo si se acompaña de actividad física y buenos hábitos”, indica.

Propiedades de estos alimentos. La doctora dice que su mayor valor nutricional y su alto componente de fibras, retrasan la absorción de los hidratos de carbonos y de las grasas en el intestino delgado, colaborando así en la disminución del colesterol sérico y en la moderación de la respuesta a la glucosa.

Estos alimentos “mejoran la digestión y el transito intestinal produciendo un mejor funcionamiento del del tracto digestivo”.

Aleida Hilario destaca que además, estos alimentos poseen gran cantidad de vitaminas, sales minerales, proteínas, enzimas y sustancias que contribuyen a mejorar la salud, reforzando la vitalidad de las células y permitendo su regeneración.

Este tipo de comestibles conservan su contenido de vitaminas (especialmente vitamina E y complejo B) y minerales, además de otros micronutrientes, como el selenio, zinc, cobre, cromo, magnesio, fósforo.

“El grano de cereal posee básicamente tres partes. Del centro hacia fuera son: el germen, el endospermo y el salvado. El cereal integral es denominado también cereal de grano entero porque, en su molienda y posterior tratamiento, conserva sus tres partes. Se caracterizan porque suelen ser más oscuros y más ásperos al tacto, lo cual se debe a la presencia del salvado. En contraposición, el cereal refinado o blanco es aquel al que se retira, durante su procesado, el salvado o cascarilla externa y gran parte del endospermo, zona intermedia del grano”, explica la profesional.

¿Pueden los pequeños consumir integrales? La doctora Aleida Hilario indica que en los niños, los alimentos integrales pueden comenzar a introducirse a partir del primer año. Se les puede dar cereal, pan, avena, galletas integrales entre otros ya que tienen un mayor aporte de nutrientes, pero “hay que tener en cuenta la tolerancia al alimento y el estado de salud del niño, por lo que es recomendable antes de iniciar con la ingesta consultarlo con el pediatra”.

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